aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

martes, 19 de enero de 2016

Para pensar, debatir, comprender

Fragmentos.

Por eso creo que la justicia, que los demás poderes del Estado no son distintos a la sociedad que representan. Tienen las mejores cosas y las peores cosas de esa sociedad. Creer que desde un sector únicamente se es responsable de todo lo que ha pasado o que pasa en la república Argentina, es ignorar realmente la necesidad que tenemos como sociedad se seguir creciendo para que nuestras propias instituciones crezcan. Vamos a tener mejores instituciones en la medida que seamos también una mejor sociedad. Esto es clave que lo entendamos, porque hay una característica muchas veces en todos nosotros de demandar a los demás lo que nosotros muchas veces no somos capaces de hacer o no tenemos ganas de hacer (…) Hoy, los modos de horadar, de perforar, de destruir, de desprestigiar las instituciones, no los partidos o el gobierno, las instituciones de la democracia, ya no son a través de fierros, tanques o fusiles. Hay instrumentos más sofisticados, lo que yo denomino el “arsenal mediático”, que no se da solamente en la república Argentina, es un fenómeno mundial.
Cristina Fernández, en el cierre de la segunda jornada La justicia en el Bicentenario, 11/08/10

El liberalismo político, que en su enlace con el republicanismo político clásico configuró el “republicanismo liberal”, que Gaude nos presenta, acuñó una idea de la libertad y una idea del Estado: una idea de la libertad como atributo negativo de los individuos, que tienen que poder ser libres de las interferencias que los amenazan, y una idea del Estado como la primera y más peligrosa de esas amenazas. Frente a esas ideas, Gaude nos muestra cómo el republicanismo popular de Cooke sostiene otra idea de la libertad y otra idea del Estado: una idea de la libertad no como un atributo negativo de los individuos frente al Estado, sino como un atributo positivo del pueblo que encuentra en ese Estado su encarnación político institucional y una idea del Estado como el instrumento con el que luchar contra la dominación que otros buscan imponerle. Con el importante corolario de que el Estado, si es un estado republicano popular regido por un gobierno democrático que exprese los intereses de su pueblo, no sólo no es una amenaza para la libertad sino que constituye su misma condición de posibilidad (...) no somos libres contra el Estado, ni en la vereda de enfrente del Estado, sino en el Estado y gracias a él. “Es la esclavitud de las leyes”, como enseñó siempre la tradición republicana (…) pensar el fenómeno del caudillismo por ejemplo no como una perversión histórica (…) sino como la forma específica en la que se materializan, en las precisas circunstancias de nuestra historia, los principios y los valores del republicanismo popular. Que no es un sistema de reglas obligado (…) sino uno que se va recreando cada vez que un pueblo vuelve a optar por no ser dominado por las minorías de su propio país ni por los poderes imperiales del planeta.
Eduardo Rinesi, intelectual argentino, reseñando el libro de Cristian Gaude El peronismo republicano. John William Cooke en el Parlamento Nacional, 17/01/2016

Ni la más mínima violencia como respuesta. Esa debe ser la consigna. Seguir protestando cuando corresponde, pero aguantar de pie. No cortar calles ni rutas, dejar pasar los vehículos, ocupar una parte nada más. No dar pretexto a la criminalización. Pero estar, protestar con la presencia, con lo que sea, de pie y firmes. Sin violencia. Sin dar excusas a la represión. Si alguno lo intenta, o es un infiltrado o es alguien a quien se debe contener de inmediato. Cuidado que en eso va la vida. Que, como toda resistencia pacífica, tiene su precio: consiste en aguantar las provocaciones que buscan lograr que quienes protestan ejerzan la violencia. A veces es difícil, pero siempre es posible. Al final se gana. Gandhi independizó a la India. Puede haber incluso una dictadura terrorífica, pero si un día la población decide simplemente no salir más de sus casas, la dictadura se cae. No necesitamos mártires. Tenemos demasiados. Necesitamos personas racionales y luchadoras, pero vivas, bien vivas.
E. Raúl Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema, 10/01/16

Las decisiones fundamentales (y fundacionales) en materia de política social son las que tienen que ver con el ajuste de la moneda, la apertura del mercado, los impuestos y retenciones y el nivel y dirección de las inversiones (¿gasto?) del Estado (…) de ellas dependen las condiciones de vida de todos los sectores que tenemos como principal o único patrimonio nuestro potencial de trabajo. Esto es así porque:  De esas decisiones depende la capacidad de compra de los salarios o ingresos del trabajo. (…) Si se abre más la economía y se permite “la total libertad” para importar (…) se desprotege la producción interna, por mínima que sea (…) Si todo eso ocurre, hay menos capacidad de consumo; por lo tanto, no vale la pena producir pues se vende menos (…) Si dejamos de pagar impuestos (¡y no podemos decir que el régimen que tenemos es progresivo!), esos dineros que no aportamos al erario público son dineros que quedarán en los bolsillos de cada uno (…) pero entonces, habrá menos recursos para las escuelas públicas, los sueldos de los maestros y profesores, de los médicos de los hospitales y centros comunitarios (…) y no solamente para la Asignación Universal por Hijo o la cobertura jubilatoria (…) Si no estuviéramos ante la posibilidad de que se devalúe sin red, se abran indiscriminadamente las importaciones, se tome deuda para pagar deuda, se constriñan los salarios, se reorienten los gastos del Estado en detrimento de la educación, la investigación, la salud, etc., deberíamos estar ocupándonos de que el empleo de calidad que aumentó y volvió a valorarse en este ciclo pueda incorporar a los que aún trabajan en negro (…) En suma, deberíamos estar ocupándonos de otras tantas cuestiones que siempre se presentan como nuevos desafíos para un país del que todos nos sintamos parte.
Estela Grassi, “Política social y decisiones económicas, profesora titular de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), 9/11/15

Mauricio Macri representa a una Nación, no a un Mercado. Insalvablemente, en algún momento dirá que no. ¿Qué ocurrirá entonces cuando la híper proteccionista Unión Europea intente imponer concesiones que ningún mandatario puede aceptar? (…) El peronismo más reciente ha desencadenado un odio inédito en los medios del mundo, un irrespeto a la identidad de un país entero, a su historia, a sus electores, a sus dirigentes políticos, a sus mayorías y sus minorías (…) Somos América, somos el peronismo, el PRI en México, Evo en Bolivia, el chavismo en Venezuela, somos Bachelet en Chile, el lulismo en Brasil, somos Cuba y el Papa, somos Juan Manuel Santos en Colombia, el tango y la salsa, somos nuestros dictadores y nuestros revolucionarios, las FARC y las extremas derechas militaristas, somos Evita y Juana Azurduy, somos indígenas y, mezclados, somos el bolero y los mariachis, somos Macondo y Borges, no somos un mercado de títeres. Somos un sueño de libertad y la seguimos construyendo. No lloren por nosotros.
Eduardo Febbro, periodista argentino residente en Francia, “El peronismo, la prensa y Occidente”, 26/11/15

Yo pienso, pero viéndolo ahora (después todos somos profetas), que Syriza cometió muchos errores y que debería haber tomado antes medidas más drásticas para que no nos quedáramos sin liquidez. Yo prefería que Syriza no hubiera firmado (…) La vida cotidiana ahora será muy dura porque la gente seguirá pagando unos impuestos que Syriza prometió que anularía, el desempleo sigue ahí, el sueldo básico no aumentó y las relaciones laborales siguen desmanteladas. Yo quiero que Syriza proteja la casa de la gente, que no se pliegue a las exigencias de los acreedores para que la gente se vaya de su casa si no la puede pagar (…) Yo, en general, quiero que Syriza haga todo lo que pueda para proteger a los más débiles y que revise su relación con la Unión Europea. No hablo de una salida de la Unión pero sí liberarse de este europeísmo infantil, porque hay que ser consciente de que la Europa de los pueblos no existe. Lamentablemente yo no veo un cambio político en Europa, así que un partido de izquierda, como quiere llamarse Syriza, tendrá que replantearse muy seriamente cómo actuar con un continente neoliberal.
Corina Vasilopoulou, diputada griega de Syriza, cundo el gobierno de izquierda de Grecia llegó a un acuerdo con Europa sobre el pago de la deuda, 13/10/15

Si la naturaleza humana estuviese constituida de suerte que los hombres desearan con más vehemencia lo que les es más útil, no haría falta ningún arte para lograr la concordia y la felicidad. Pero, como la naturaleza humana está conformada de modo muy distinto, hay que organizar de tal forma el Estado, que todos, tanto los que gobiernan como los que son gobernados, quieran o no quieran, hagan lo que exige el bienestar común; es decir, que todos, por propia iniciativa o por fuerza o por necesidad, sean llevados a vivir según el dictamen de la razón. Lo cual se consigue si se ordenan de tal suerte los asuntos del Estado, que nada de cuanto se refiere al bien común se confíe totalmente a la buena fe de nadie.
Baruch Spinoza, filósofo político clásico de origen español, Tratado político, 1675. 

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lunes, 4 de enero de 2016

Para pensar, debatir, comprender.

Bienvenido 2016!
La Red Mujeres con Cristina  les desea un buen año y a “caminar lo bastante” día a día con responsabilidad militante para seguir fortaleciendo nuestra democracia.

= “¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?” 
= “Eso depende de adónde quieras llegar”, contestó el Gato.
= “A mí no me importa demasiado a dónde…”, empezó a explicar Alicia.
= “En ese caso, da igual hacia dónde vayas”, interrumpió el Gato”.
= “… siempre que llegue a alguna parte”, terminó Alicia a modo de explicación.
= “¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte”, dijo el Gato, “si caminas lo bastante”. 
Lewis Carrol: “Alicia en el país de las Maravillas”

Fragmentos.

Yo digo que este mundo, este mundo globalizado del que se han apoderado flagelos que asolan todos los países sin distinción de fronteras, tiene que ver con la pérdida de utopías. Cuando las sociedades creen en los estratos, por allí de menores recursos que es imposible crecer o tener algo o progresar, terminan siendo capturados por las peores cosas. Y también, fíjense qué paradoja, los que más recursos tienen también terminan siendo atrapados por los peores flagelos porque creen que ya tienen todo y nada vale la pena. Por eso creo que rescatar las ilusiones, las utopías, las esperanzas, las posibilidades de un mundo mejor es el instrumento para pelearle a la desesperanza, para pelearle a los que quieren llevarnos al fracaso, para los que quieren arrastrar a los jóvenes a otros lugares. Alegrémonos cuando un joven ingresa a un movimiento político, a un movimiento social porque está ingresando a dar vida, a ayudar a los demás y se está alejando de los peores vicios. 
Cristina Fernández, Patio de las Palmeras, diálogo con los jóvenes, 20/11/2013

Macri trae la promesa cultural de una sociedad bien ordenada, de jerarquías, una sociedad donde imperen las diferencias y no el principio de equidad. Y hay en eso tradiciones muy fuertes en la cultura argentina. El liberalismo conecta bien con un sentido común de la política. Por ejemplo: “hay que ganarse la vida; los que no trabajan no merecen ser ayudados; el esfuerzo se debe pagar”; ese tipo de sentidos comunes del liberalismo funcionan bien en el sentido común social. Hay un clima de cambio que creo que es más cultural que económico. Hay algo que la sociedad argentina no le soporta al kirchnerismo, que son cuestiones de forma, de estilo, de maneras de hacer la política que también pesan (…) En ese mundo, derecha e izquierda, que vienen de la Revolución Francesa, pero que fueron muy estructurantes del mundo ideológico de la modernidad, tenían un sentido que partía el campo de la cultura política. En el siglo XXI, creo que esa categoría en muchos países y en Argentina es muy difícil de utilizar. Si a mí me preguntan si Macri es de derecha, me cuesta decir simplemente que sí porque es más complejo: es de una derecha liberal, pero es también un tipo posmoderno en sus convicciones, porque no es ideológico sustantivamente, no tiene ningún inconveniente con cambiar de idea, no tiene ningún inconveniente de nutrirse de figuras políticas que vienen de distintos campos. No tiene ninguna pretensión de que la sociedad argentina quede teñida de algo que uno podría imaginar como ideología pro macrista. Macri tiene poco macrismo como construcción política. En cambio, Cristina Kirchner tiene mucho kirchnerismo.
Luis Alberto Quevedo, sociólogo, 13/12/15

La trastienda de la historia, hurgar en los cuartos traseros, en los archivos escamoteados, hablar con quienes tenían la perturbadora misión de vigilar el uso de la palabra, permitiendo o prohibiendo su impresión por “razones de Estado”, deviene un ámbito fascinante que permite desmontar narraciones maniqueas del tipo “una batalla de la luz contra la oscuridad”. Robert Darnton, a contrapelo de la comodidad que dispensa merodear el cliché, aclara que “identificar la censura con restricciones de todo tipo significa trivializarla” (…) Al escudriñar los informes sobre los libros, el historiador estadounidense observa que “lejos de sonar como centinelas ideológicos, los censores escribían como hombres de letras y sus informes podrían considerarse una forma de literatura”.
Silvina Friera, periodista, 9/11/15

Hace tiempo el PRO y sus aliados se apropiaron de la palabra “cambio” (histórica bandera de la izquierda y del progresismo) para arrebatársela a quienes hasta entonces la enarbolaron, vaciarla de los antiguos contenidos vinculados a la política y la ideología y rellenar el concepto con significados vacuos, livianos, música ligera, globos y papelitos de colores. La perspectiva es coherente para una fuerza que dice despreciar la política, que propugna el pragmatismo y que sostiene que a la alegría se arriba sin conflictos y solo mediante la eficiencia técnica. La operación le ha sido, por otra parte, extremadamente útil y eficaz. Muchos ciudadanos votaron “el cambio”, aún sin saber de qué se trata o pensando que elegían “la alegría” y la falta de conflictos sin otra consecuencia práctica. Lejos estuvo el FpV y sus dirigentes de percibir la jugada y más lejos aún de reformular su propia estrategia frente a la metamorfosis de la oposición. Si realmente existe la tan mentada “batalla cultural” el PRO se impuso ampliamente. Por lo hecho, pero sobre todo porque logró captar el sentido instalado en buena parte de la sociedad, potenciarlo y capitalizarlo a su favor.
Washington Uranga, “El contenido y las formas”, periodista, 28/11/15

Y así nacieron las madres. Empezaron a pura pregunta, a puro interrogante, a pura falta, ahogando el grito que les salía de las entrañas: “¿Dónde están?”.
“Señor, ¿sabe dónde está mi hijo?”. Repetían una y otra vez una pregunta que no tenía respuesta. Sólo silencio. Del otro lado, esos señores de cuarteles, ministerios, juzgados, cárceles y comisarías se convertían en los portadores de un saber inexpugnable.“Señor, ¿sabe dónde está mi hijo?”. “Está desaparecido.” Ellas tuvieron que construir las respuestas. Los desaparecidos no estaban en ningún lado. Era como si se los hubiera tragado la tierra. “No existen, no tienen entidad”, decían sus desaparecedores. Y ellas buscaban por todos lados. Daban vueltas por todos lados. Vueltas. En círculo sobre sí mismas, alrededor de una pirámide. Dibujando en esa plaza una ronda que no habría de borrarse nunca.Y así aprendieron. Aprendieron a esperar y aprendieron a dejar de esperar. Aprendieron a tragarse el dolor y aprendieron a dejar de tragarse el dolor. De cada agonía individual hicieron un solo grito colectivo. Dejaron de ser una para ser todas: las Madres de Plaza de Mayo (…) Pero nunca se resignaron. No hubo punto final para ellas, ni obediencia debida. Ni indulto.
Ana María Careaga, “La cultura de la verdad, la memoria y la justicia”, psicoanalista, docente en la UBA, ex detenida-desaparecida, testigo en los juicios, 7/12/15

Sería un gran retroceso no respetar lo que se construyó colectivamente y es un ejemplo para el resto de Latinoamérica. Pero más aún en el caso de las mujeres, ya que para la visión mercantilista de la comunicación somos un objeto más plausible de ser intercambiado. Sería una irresponsabilidad ciudadana retrotraer el estado al decreto ley de la dictadura militar. La ley de medios nos dio un marco legal que, junto a la modalidad de violencia mediática establecida en la ley de protección de las mujeres contra las violencias, permite desterrar ciertos preconceptos muy instalados socialmente respecto a cómo y porque se produce la violencia en general. Sin embargo, hay prácticas arraigadas en periodistas que son resistentes a adecuarse a la normativa vigente. Esto tiene más relación con lo que venimos exigiendo sobre la incorporación de materias de derechos humanos y específicamente, perspectiva de género, en las carreras de formación en comunicación y periodismo. Lo positivo es que ya casi nadie usa el término ‘crimen pasional’ para referirse a los femicidios y se ofrecen datos para que las mujeres que están viendo las noticias puedan estar al tanto en caso de requerirlos.
Marcela Gabioud, coordinadora del Monitoreo Global de Medios en Argentina y vice-presidenta de la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana-América Latina, (WACC-AL), 21/12/15.

Los partidos políticos no cumplen más una función ascendente sino descendente. Hoy vemos cada vez más cómo los partidos políticos defienden la acción del gobierno si están en la mayoría, o si no la critican. Pero esa función de intermediario, de representante, casi no existe más. Por eso uno de los grandes problemas de la democracia consiste en encontrar fórmulas alternativas de representatividad. Este término de representatividad o representación tiene dos sentidos distintos: un representante puede ser un delegado, pero representar quiere decir tornar presente en el debate social las realidades vividas por los ciudadanos. Diría entonces que la representación por delegación funciona más o menos bien, pero la representación de los problemas en el debate público está mucho más atrofiada. Es esencial concebir la democracia no sólo como una legitimidad para instalar una institución, sino como la legitimidad del comportamiento democrático de la institución (…) El Parlamento ha dejado entonces de desempeñar el papel que debe tener. El papel del legislador en el Parlamento se debilitó y su función de controlador, de supervisor, de evaluador, no ha emergido con suficiente fuerza. Lo que esperamos del legislador y del Parlamento es que desempeñe todos estos roles con la sociedad civil (…) Debemos democratizar el Parlamento y esto equivale a que todo un conjunto de prerrogativas parlamentarias, controlar, supervisar, evaluar, que son atribuciones muy antiguas del Parlamento, sean ejercidas por el Parlamento y también por la sociedad civil.
Pierre Rosanvallon, sociólogo francés, 29/11/15

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