RED MUJERES con CRISTINA
Pensamiento político activante
En tiempos de crisis, no hay mayor impulso al conservadurismo autoritario que un gobierno progresista que renuncia a la audacia de los cambios. La crisis es, por excelencia, el privilegiado escenario de disputa de las esperanzas colectivas, de los horizontes predictivos.
Álvaro García Linera
Fragmentos.
Tenemos que dejar de ser militantes electorales. Tenemos que volver a ser militantes políticos. Esto requiere capacidad de análisis, poder ver más allá de la próxima elección y, fundamentalmente, dejar de lado las mezquindades y los egos que tanto daño han hecho. La fragmentación aparece cuando no hay discusión, cuando hay debate y la diferencia es de ideas, no hay fragmentación, hay síntesis. Porque una idea, finalmente, alumbra y encarna en la sociedad (…) No podemos seguir hablando de un Estado presente si ese Estado no da respuestas. Hay que construir una nueva estatalidad, con eficiencia. Esa motosierra se identificaba con el tipo que fue a una oficina pública y no le resolvieron nada. Eso también tenemos que discutir, para que la gente vuelva a identificar una idea (…) No podía pasar este 25 de mayo sin que hubiera un peronismo que festejara el Día de la Patria.
Cristina Fernández, celebrando el día de la patria en el barrio de Retiro, al cerrar el Encuentro de la Cultura Popular allí realizado, 25/05/25.
En ese registro, repasó algunos de los hitos culturales de sus gobiernos: los actos del Bicentenario, la expansión del INCAA, la creación de Tecnópolis, Paka Paka, Canal Encuentro y el ex Correo Central —transformado durante su gestión en el Centro Cultural Kirchner—, hoy rebautizado Palacio de la Libertad. En su primer contraste con el presente, lanzó: “¿Se dieron cuenta que estos tipos no construyeron nada? Ni una puta escuela. Su única obra es cambiarle el nombre a lo que otros hicieron. Qué mediocres, qué chatos” cuestionó. Desde el escenario, la presidenta del PJ nacional volvió a encender las alarmas: “el país se encamina hacia un décimo default”. Expresó preocupación por la caída del consumo, cuestionó la escasez de dólares y denunció el endeudamiento. “Lo que están haciendo ya lo hicieron antes. Es la convertibilidad con otro nombre”, sintetizó.
Paula Marussich, nota sobre el discurso de Cristina el día de la patria, “Hay que dejar de las mezquindades y egos”, periodista, 26/05/25.
años de promesas incumplidas y estafas electorales nos hicieron perder las ganas de participar, nos hicieron perder el entusiasmo de involucrarnos, hasta de cumplir con el deber ciudadano de ir a votar, porque pensamos: ‘otra vez lo mismo, nada va a cambiar’; sentimientos e ideas que afloran cuando se experimenta que nos mintieron muchas veces, nuestro país también sangra: tantos hermanos que sufren la marginalidad y la exclusión; tantos adolescentes y jóvenes víctimas del narcotráfico que en algunos barrios es un Estado paralelo; tantas personas que están en situación de calle; las familias que sufrieron las inundaciones; las personas con discapacidad; tantas madres que ya no saben qué hacer y cómo evitar que sus hijos caigan en las garras de la droga y el juego; los jubilados que merecen una vida digna, con acceso a los remedios y a la alimentación; herida ésta que sigue abierta y sangra hace años, pero que como sociedad tenemos que curar pronto. Muchos podrán ser los responsables de esta triste situación, pero la oportunidad que tenemos nosotros de resolverla es hoy, ¿cuántas generaciones más y hasta cuándo deberán reclamar por jubilaciones dignas? (…) los que difaman, desprecian o critican destructivamente a una persona, a una entidad, o una obra; los que odian y justifican su desprecio; el terrorismo de las redes, como decía el papa Francisco, hemos pasado todos los límites, la descalificación, la agresión constante, el destrato, la difamación, parecen moneda corriente (…) Porque la memoria no sólo nos permitirá que no se cometan los mismos errores del pasado, sino que nos dará acceso a aquellos logros que ayudaron a nuestro pueblo a superar las encrucijadas históricas que fue encontrando (…) es hora de ponerse de pie, unidos, no a los empujones en un ‘sálvese quien pueda’, no a costa de los demás, o dejando a muchos al costado del camino de la vida. Es con todos, mirándonos a la cara, porque nuestras decisiones y políticas públicas tienen que tener rostros concretos, historias reales que nos tienen que conmover, muchos hermanos tienen hambre de pan, revuelven basura buscando qué comer, pero todos tenemos hambre de sentido de vida, hambre de Dios. Nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación; el pan viejo de la indiferencia y la insensibilidad; estamos empachados de panes sin sabor, fruto de la intolerancia; el pan agrietado por el odio y la descalificación. Tenemos hambre de solidaridad capaz de abrir nuestros encierros y soledades. Tenemos hambre, de fraternidad para que la indiferencia, el descrédito y la descalificación no llenen nuestras mesas y no tomen el primer puesto en nuestro hogar. Tenemos hambre de esperanza
Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, en el tedeum celebrado en la capital metropolitana con ocasión de la fecha patria, 25/05/25.
Ganas de comunicar. Desde el exhibicionismo hasta el pensamiento. Y observar, leer, estudiar. El arte es un juego. (Marcel) Duchamp decía que no se trata de reproducir la realidad, sino de crear una realidad igual de intensa. A eso aspiramos. Leo mucho. De todo. El mundo está convulsionado, y los libros son un refugio. Cada día trae un problema nuevo. Todo repercute en todo. Son tiempos violentos. Si algo me inquieta, lo expreso artísticamente. Hoy trabajo poco. Me quiero tomar mi tiempo.
Patricio Contreras, actor , 18/05/25.
Cuando intentan dar fundamento a una idea, caen irremediablemente en el bochorno. Son variaciones de un derrape entre la inconsistencia, la mala comprensión, el desconocimiento, las simplificaciones más burdas o la lisa y llana falsificación. Han llegado a dar vergüenza a los propios o a los cercanos. No es extraño que esa impotencia para el pensar y el decir se resuelva en la alternativa de la violencia verbal, la humillación sistemática, la intimidación calculada. Eso sí les sale bien, porque se han formado haciéndolo. Incluso en áreas que se supone que conocen, como la de la economía, hemos oído al Presidente de la Nación responder cuestionamientos con sus oscuras fantasías de violador, que penosamente hace públicas: fantasías de vaselina y penetración, que lo exaltan por no consentidas. Son expresiones figuradas, ya lo sé. Pero, ¿dónde, sino en las expresiones figuradas, cabe detectar ciertas fantasías? Fue lo que contestó a los cuestionamientos de otros economistas, algunos de ellos cercanos a su visión de las cosas.
Martín Kohan, escritor y docente universitario argentino. 04/05/25.
En su dimensión más preocupante, es el intento de dar fin a la lógica democrática, para afirmar el gobierno directo de los dueños, dejando las instituciones como cáscaras vacías, una legalidad de forma sin fondo sustantivo. Y lo hacen apelando a un discurso bélico, donde quienes nos oponemos somos considerados enemigxs a los cuales negar todo tipo de derechos. En ese contexto hay que entender, por un lado, la construcción de un enemigo muy amplio: el feminismo, las subjetividades trans, las disidencias sexuales, los sindicatos, el Estado, los progresismos, el periodismo, lxs científicxs, las universidades. ¿Qué tienen en común? Dedicarse a la construcción de lazos sociales más allá del mercado; proponer imágenes diversas en el ámbito público; sostener ideas igualitaristas. Y, por otro lado, también implica una revisión del pasado. Al afirmar guerra contra democracia, impugnan el llamado pacto del Nunca Más: es decir, el acuerdo en la condena al terrorismo de Estado. Como en la batalla cultural, el problema no es el terrorismo de Estado, sino el peronismo —como nombre de una apuesta social y estatalista, como experiencia de ampliación de derechos—; buscan un acuerdo de las clases dominantes sobre ese punto y, a la vez, legitiman la represión en el presente.
María Pía López, socióloga, ensayista, investigadora y docente., 04/05/25.
Por fuera del mundillo politizado, ¿alguien perdió el sueño por ese debate y su sorpresivo desenlace? O más aún, ¿es verdad que nadie se esperaba cómo terminó? (…) Pero inclusive semejante aspecto sería lo de menos, apenas se repara en cuál clase de intachables tendría a su cargo impartir justicia. ¿Quiénes serían? ¿Los centros de operaciones tribunalicias que dejó armado el macrismo, en sus quintas tenísticas? ¿Comodoro Py, atravesado por los sótanos de inteligencia con sus fondos reservados que no paran de incrementarse? ¿Después la Corte Suprema, que tampoco cesa en sus fallos y operetas de conveniencias de turno? (…) Versea, así de sencillo, quien diga que tiene certidumbre en torno a incógnitas como ésas (…) Los honestistas no son más que una cumbre de la hipocresía, porque no es con esa retórica cursi como se lleva adelante la construcción de algún proyecto serio que sea ideológicamente honesto. La ideología siempre estará atravesada por circunstancias de la política, que la obligan a superar falsedades virginales. Y en segundo término, que en rigor es el primero, la denominada “clase” política, que Jamoncito unifica en sus definiciones infantiles como un mero antro de corruptos al cual su experimento sirve sin reparos, no deja de ser el espejo de esa parte de la sociedad que cree en lo que más le conviene (…) no desde la moral, sino a partir de sus especulaciones. Sin ir más lejos, se habló de limpiar la ficha justo cuando el gobierno promueve asear los dólares enchastrados que no son los de abajo del colchón. Pertenecen a los cómplices de las grandes transas que accederían a un blanqueo permanente, para acercarle reanimación a una economía donde las fuerzas del cielo no alcanzan al bolsillo. Vaya limpieza la de la ficha ésa.
Eduardo Aliverti, “Ficha sucia”, periodista, 12/05/25.
Marcela Quiroga tenía doce años cuando la dictadura mató a su mamá. Ella pasó casi tres meses cautiva en centros clandestinos, preguntándose qué había sido de sus dos hermanos. Pero dentro del horror encontró su tabla de salvación. Héctor Oesterheld, creador de El Eternauta –el cómic que Netflix convirtió en serie y en furor mundial–, buscó darle una rutina para que su vida no terminara de convertirse en un calvario: con las marcas del secuestro y la tortura a cuestas, él le enseñaba literatura y le recomendaba a “Marcelita” tomar algo de sol. “Esta gente –se refiere a los secuestrados con los que compartió cautiverio– me cuidó como una familia. Me estaban sosteniendo, cuidando de mí. No tengo palabras. Héctor era muy cercano a mí. Era con quien más confiada estaba”, dice en referencia al historietista que sigue desaparecido (…) Se me empieza a armar ahí una rutina de estudios. Héctor me enseñaba literatura. Sarita y Roberto (Carri) me daban otras clases. Había un libro de Juana de Ibarbourou, que a mí me gustaba. Tengo la imagen de Héctor sentado a los pies de la cama leyendo Selva o buscando otras lecturas para mí (…) Él siempre estaba escribiendo algo, pero yo no preguntaba qué estaba escribiendo. Había aprendido eso en una casa de militantes. Él siempre estaba con su cuadernito, hojas y lapicera en mano (…) Humildemente yo creo que pude haber generado algo de eso en todos ellos, que tenían hijos o nietos. Cuánto de esa necesidad de volcar esos cuidados en sus propios hijos la volcaron en mí. Ahora lo pienso como adulta. Cuánto dolor (…) No me dejaban sola. Hoy, de adulta, siento que estaban pendientes de que no decayera”. En noviembre de 1977, Marcela salió del Sheraton y fue a vivir con su papá a la zona de Wilde. Sus compañeros de cautiverio la abrazaron, besaron, peinaron para que saliera lo mejor posible. Oesterheld le recomendó: “estudiá” (…) A los quince años, se propuso levantar una pared y dejar su pasado atrás. Pero ese pasado seguía estando allí. “Yo no sabía firmar. Firmaba y me trababa. Era una cosa de locos. Firmaba con mi nombre de casada (…) No podía escribir Marcela Quiroga. Al final, yo seguía desaparecida”, dice (…) Recién en 2001 se acercó a preguntar por las leyes reparatorias. En 2003, cuando hacía poco tiempo que había nacido su segunda hija, recibió una nota de la Secretaría de Derechos Humanos con el nombre de su mamá y un número de causa. “No entendía de qué me hablaban. Yo me senté y dije: ‘Ah, entonces me creyeron’. Empecé a armar el rompecabezas de mi vida, que estaba todo desarmado. Reconstruir todo eso fue totalmente reparador. Cuando inicié el camino de los juicios, muchos compañeros –hijos y sobrevivientes– me dijeron que era valiente. No soy valiente. Lo que pasa es que no es lo mismo enfrentarse a un juicio cuando hay un Estado que te protege, que te da garantías. No es lo mismo que ahora”.
Luciana Bertoia, “A Héctor Oesterheld no pudieron callarlo”, periodista 11/05/25.
Milei es una fábrica de certidumbres. ¿Son ciertas? A mí juicio, son todas discutibles. Ahora, frente a esas incertidumbres, ¿qué fue lo otro? Milei frente a la inflación: "Hay que destruir el Banco Central". Lo otro: "La inflación es multicausal". Mientras uno decía que tenía la receta para resolver, el otro decía que el problema era muy complejo. No es falso que sea muy complejo, pero la política no trabaja diagnósticos, trabaja soluciones. Entonces, la discusión que tienen que tener las fuerzas democráticas por la justicia social es qué tipo de certidumbre democrática puede construirse para contraponer a las certidumbres falsas que proponen las extremas derechas. Tiene que ser quizá de corto plazo, moderada, de convivencia o de ética pública. Podemos discutirlo. A mí juicio, como la sociedad está enloquecida por la incertidumbre, el objeto de esta coyuntura es la política de la certidumbre (…) Hoy, una parte de estas nuevas subjetividades están vinculadas a lo que la gente percibe como injusticia horizontal. O sea, deja de mirar al millonario y empieza a mirar a su vecino, y a preguntarse por qué tiene un plan, una asignación, un subsidio, un beneficio, un crédito, y por qué no yo. Eso, que vulgarmente llamamos la lucha de pobres contra pobres, está creciendo.
Alejandro Grimson, doctor en antropología e investigador del Conicet y la UNSAM, 13/05/25.
La vida feliz no es recordada como pura y simplemente pasada, carente por ello de relevancia ulterior en el presente. La vida feliz, en la medida en que es recordada, forma parte esencial del presente e inspira nuestros deseos y expectativas de cara al futuro. Lo que importa del hecho de recordar el gozo cuando estamos tristes, es que tenemos esperanzas en un eventual retorno del gozo, igual que al recordarlo en un estado de gozo tememos, más bien, que sea la tristeza la que pueda volver. Sólo en la medida en que la “vida feliz” es recordada a la luz de esta potencialidad específica, puede ella convertirse en guía última de todo empeño humano.
Hanna Arendt, El concepto de amir en San Agustín, gran pensadora política alemana-estadounidense, ed. 2001.
Instagram y Facebook: Red Mujeres con Cristina
Déjanos tus comentarios para el debate político
Para comunicarte con nosotras escríbenos a:redmujeresconcristina@gmail.com