Fragmentos.
La historia
diplomática argentina, tanto bajo administraciones de signo radical, como fue
la de Hipólito Yrigoyen, o la de Perón, fue siempre la de no intervención en
asuntos internos de otro país, no es una cuestión que se nos ocurrió un día que
nos levantamos en el gobierno y dijimos vamos a adoptar esta posición. Tiene
toda una tradición en la República Argentina. Primero porque creemos que
las intervenciones extranjeras en los países, en lugar de solucionar los
conflictos, tienden a agravarlos y profundizarlos (…) tengamos mucho cuidado al
momento de analizar realidades, culturas e identidades que muchas veces nos son
desconocidas para nosotros desde nuestra forma de vivir y de pensar en
Occidente. O sea que muchas veces aplicamos parámetros, lógicas y valores que
no son los parámetros, las lógicas y los valores de otras sociedades y tratar
de imponer esas lógicas, esos valores porque son los nuestros, me parece que no
es democrático y, además, me parece directamente como negador de la diversidad
y de la pluralidad que debe ser respetada (...) creemos en el uso pacífico de
la energía nuclear y en esto somos líderes. Somos también líderes en materia de
respeto a los derechos humanos y, por lo tanto, estaba fuera de toda discusión
nuestra concepción acerca de la necesidad urgente de una gestión humanitaria en
Siria.
Cristina
Fernández, en la cumbre del G20 de San Petersburgo, 6/09/13
Mientras religión y ética pueden dirigirse al individuo aislado
y podrían existir en un solo hombre sobre el mundo, la política necesita para
su posibilidad la existencia de la sociedad.
María Zambrano,
Filósofa española, (1904-1991).
Se han esgrimido los argumentos que cada parte tenía. En el caso
de los amigos de Clarín habló el poder, que se dice inmune a los pueblos, a la
democracia, a la pluralidad, que justifica a la desigualdad. En tal situación,
la razón se justificó por el poder de la fuerza, y no por la fuerza de la
razón. A diferencia de lo expuesto por el multimedios, los argumentos de la
parte demandada fueron de democracia, de igualdad y de justicia. Una parte
tiene la razón por la fuerza y la otra tiene la fuerza de la razón. Creo que
esa frase es representativa de lo que ocurre. El hecho de que no nos deslumbre
dicha diferencia de posturas indica cuánto hay que hacer todavía en la sociedad
argentina.
Alejandro Kaufman, “El poder de la fuerza”, ex
director de la carrera de comunicación de la UBA, 30/08/13
Momentos virtuosos de la hegemonía, que no requieren, más que
como fuegos artificiales, de mucho de lo que se denomina batalla cultural. Y
son demasiados los precios que se pagan por la aceptación de esas imágenes
bélicas. De nuevo: no hablamos como pacifistas cuando lo que nos arrasa es la
pregunta por cuáles son las luchas en las que efectivamente se dirimen formas
de emancipación. Y frente a la cual tenemos una intuición: la de que su
persistencia a largo plazo y su expansión en el presente exige una insistencia
metodológica en la politización –de las prácticas, de las ideas, de las
narraciones– antes que la adopción rápida de las camisetas o el trastrocamiento
inmediato del discurso que se combate. Ningún pelotazo acertado al gorila
sustituye el ejercicio, profundamente político, de interpretar la época y
procurar descifrar sus nombres
María Pía López, “Batallas
y hegemonías”, 30/5/2011
En mi villa, el bie-nestar se materializó en diversas formas,
fundamentalmente en hermosas casas y muy amplias que recibió cada familia que
hasta el año 2009 vivíamos en casillas, donde las cloacas eran un desastre y se
inundaba todo. Hoy, por suerte, el barrio está relindo y las nuevas
generaciones al menos tienen un techo y una cama dignos (…) Pero sigue estando
muy presente la muerte en la juventud, por pibes que mueren bajo el yugo de una
bala policial, por un embrollo o que matan y arruinan a una familia por
robar... Las causas no tienen que ver con decisiones subjetivas, sino porque
los valores consumistas que gobiernan la sociedad son un monstruo asesino y
poderoso como para ser tan ingenuo de creer que uno solo, con sus dos manitos,
puede derrotarlo.
César
González, director y escritor de la película Diagnóstico Esperanza, joven
oriundo de la Villa Carlos
Gardel, 18/07/13
En este sentido, la
política puede develarse como el arte de lo posible o de la transformación,
pero en este momento tendría que volverse un “arte del contacto”. Uno que no
sea un contacto delivery, ya que la adhesión no se provoca dejando un papel para
que alguien lo lea. La política no es sólo una cuestión de comunicación, sino
la preocupación intelectual y militante por construir e interpretar ese
contacto social, es decir, cómo interpretar ese campo de batallas y tensiones
que habitan en la subjetividad del “otro” y las maneras en que los candidatos y
otros actores (empresariales, mediáticos, etc.) han intervenido sobre éste. El
kirchnerismo está ante el drama de su propia construcción, es decir, ante sus
consecuencias no deseadas (…) ha forjado un conjunto de deseos aspiracionales
que confrontan con los sacrificios que el kirchnerismo exige a las clases
medias, como el “cepo al dólar”, o la precariedad que se suscita con la
inflación y el “impuesto a la ganancias” entre los sectores populares (…) El
bienestar económico no crea legitimidad duradera por sí mismo, sólo provoca
adhesiones fluctuantes, signo propio de esta época. Asumir el drama del otro
para hacer política es inevitable. En este sentido, el kirchnerismo sólo puede
persistir si construye huellas y efectividades en el “otro cotidiano” y no
piensa que la economía y algunos programas de gobierno lo hacen todo al modo de
una maquinaria de la adhesión.
Esteban De Gori, “Mirar el laberinto”,
Investigador Conicet/IGG, profesor Idaes/UNSAM, 26/08/13
De hecho, muchos
opositores a esta ley hablan de las voces como si su derecho fuera cuestión de
“rating”, y no, precisamente, como quiere esta ley, de un derecho, un derecho a
expresarse, a tener voz, se tenga o no se tenga “rating”; los desaparecidos no
tenían “rating” en la dictadura (…) No es casual que los monopolios hayan sido
no sólo cómplices, sino parte misma del pasado al que no querían volver. Ese
pasado en el que precisamente los desaparecidos no aparecían en las tapas de
los diarios. Porque las únicas que informaban a la sociedad eran las viejas
locas de Plaza de Mayo. La categoría misma del desaparecido (el hecho de que
miles de personas hayan desaparecido sin que nada saliera en los mismos diarios
que hoy se oponen a la ley de medios) es una prueba más –tal vez la más cruda–
de por qué la democratización/igualdad de palabra es esencial para la
democracia. No se puede analizar un derecho con los criterios del mercado. Por
la simple razón de que si fuera por el mercado, los derechos no existirían.
Guido Croxatto (UBA-Conicet) y Julián Axat (Defensor
juvenil), “Por qué”, 31/08/13
Existe un abismo
moral entre dictadura y democracia, todavía tenemos una fractura profunda entre
quienes justifican la dictadura y quienes defendemos la democracia. Aquí
estamos en el presente pero abrigados por nuestra memoria. Mantenemos viva la
antorcha de la memoria. Esta mañana somos muchos más. Somos una multitud
porque, abrazados a nosotros, están los que recordamos, los que no partirán
jamás. La democracia no puede estar desprovista de las condiciones básicas de
la reconciliación de un pueblo: la verdad y la justicia. La verdad porque
tenemos necesidad de conocer qué pasó con las víctimas, y la justicia, porque
ahí donde se niega aflora la impunidad.
Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, en
acto por los cuarenta años del golpe de Estado ene se país, 9/09/2013.
Red Mujeres con
Cristina
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1 comentario:
La política “es”, por la existencia de la sociedad. Es decir, sin sociedad, no hay política. La política nace entre los hombres y se estructura a través de la interacción entre ellos. Diferente a la ética o la religión que pueden dirigirse a hombres aislados, la política ocurre “entre los hombres”, en los espacios que se abren entre ellos, públicos y privados. La política es social, un proceso social que se preocupa de las cuestiones y marcos generales en los que hombres y mujeres se desplazan. En ese sentido, las transformaciones sociales se realizan no mirando al hombre/mujer en su desarrollo individual, sino en las constituciones políticas, las normas y los marcos regulativos que finalmente determinan el territorio de acción individual. Como dice Hannah Arendt, (…) la política es una preocupación social (del mundo) y no del hombre (…)
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