Nuestras exigencias de justic
Por Ana Laura Herrera (integrante del nodo central)
Hace ya un tiempo que comenzó a
instalarse en la sociedad cierto debate sobre la necesidad de renovar el poder
judicial con miras de lograr alcanzar mayores niveles de justicia.
Con esta incipiente discusión
pública aparece la palabra de jueces, camaristas y hasta miembros de la Suprema Corte
brindando opiniones sobre aspectos vinculados a las características de los
juicios, la severidad de las penas, la edad de imputabilidad, etc., etc. Toman
posición como parte de la ciudadanía y esa puede ser vista como una buena
señal.
Sin embargo hay cuestiones que cabe
pensar un poco más. Unas semanas atrás la Jueza Argibay Molina
brindaba una entrevista en la que argumentaba en contra de la instalación de
los juicios por jurado. Sostenía que la sociedad no estaba preparada para
impartir justicia, “no es confiable”, “le falta educación”, “no tenemos
garantía de que la gente comprenda cuál es la visión ni garantías de que el
juicio no esté contaminado por la mirada periodística”. Argumentos
comprensibles pero que por un lado tienen en su centro la ilusión de considerar
la evaluación sobre los actos de justicia en términos estrictamente
impersonales y por el otro confunden el rol que les toca a los jueces en
nuestro sistema democrático. A ellos les toca hacer cumplir la Ley (en este caso obligar a
los estados provinciales a promulgar la ley de Juicios por Jurados) y hablar a
través de sus fallos.
Pero además, si profundizamos la
reflexión podemos preguntarnos: ¿Dónde se para la jueza al sostener su postura?
¿Es posible imaginar una sociedad en que las personas (obvio que los jueces
integran este grupo) puedan pensar, elegir o actuar sin estar influenciadas de
alguna u otra forma por la condición y funcionamiento del mundo a su alrededor?
¿El pueblo es un conglomerado de gente que sólo merece ver satisfechas sus
necesidades o es también un actor cuya libertad para decidir con otros qué
valorar y cómo hacerlo puede extenderse mucho más allá de sus intereses y
necesidades? ¿Han sido siempre a favor del pueblo los resultados alcanzados por
las instituciones encargadas de repartir justicia tal y como funcionan hoy en
día?
No creemos que el debate sea
sencillo, desde las visiones institucionales puras se ha difundido una
confianza suprema en la idoneidad de las instituciones tales como la Justicia para evaluar y
decidir cómo van las cosas y lo que puede ser considerado justo, pero
ciertamente se necesita mayor sensibilidad a lo que sucede en el mundo. En la
búsqueda de justicia interrogarnos acerca de cómo estamos viviendo y si podemos
mejorar aspectos concretos de nuestra existencia son interpelaciones necesarias
y preguntas ineludibles de una sociedad democrática, discusiones soberanas de
un pueblo que entiende el ejercicio de sus derechos como una responsabilidad.
Resignarnos a convertir el gobierno de
la vida en común en una mera administración es dar un paso atrás.
Ahora bien, si avanzar en un camino
más democrático de justicia requiere de razonamientos públicos que asuman
responsablemente el conflicto y las contradicciones como componentes propios de
lo común y colectivo, es necesaria la ampliación de voces y mayor pluralidad en
la producción y distribución de la información.
¿Cuánto más tendremos que esperar para que se aplique la Ley de medios de la
democracia? El pueblo, a través de sus representantes, y como producto de una
discusión pública vibrante, ya legisló sobre el tema. Les corresponde a los
hombres y mujeres que tienen la máxima responsabilidad en el poder judicial
hacer que se cumpla, ese es su rol en la institucionalidad democrática.
Frente al tema de los juicios por jurado el
razonamiento que venimos desarrollando es también aplicable. Las reglas de
la democracia obligan a los jueces a
prescindir de sus opiniones, la
acción que les corresponde es la de
regular y poner en práctica una Ley ya votada. La preocupación de la Jueza sobre la
“contaminación” de la mirada periodística en los juicios es interesante, el
problema es que habla como ciudadana, brinda un gran argumento a favor de la
plena vigencia de la Ley
de Servicios Audiovisuales, pero ese no es su rol
Para finalizar, sabemos que los
medios de comunicación pueden tener un papel importantísimo para favorecer el
razonamiento público general en la búsqueda de justicia, pues de las
oportunidades para la discusión e interacción (que también le competen a las
instituciones públicas mediante el sostenimiento de los canales diseñados a tal
efecto) resultará muy posiblemente una comprensión más compleja y menos
estigmatizada de las decisiones que se deben afrontar. La articulación entre
medios de comunicación, justicia y democracia es directa, la voz y la experiencia del pueblo tiene
necesariamente que entrelazarse en la
estructura de las instituciones estatales y sociales. No sólo de la menos
imperfecta batería de normas depende la posibilidad de que vivamos juntos en un
entorno más justo, sino del ejercicio de los hombres y mujeres que las habitan
asumiendo sus roles responsablemente. La necesidad de mejorar nuestras
evaluaciones concretas de justicia plantea desafíos que requieren seguir
pensándose.
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5 comentarios:
El juicio por jurados es oscurantista, anti-democrático, lento, caro y fracasado en todo el mundo.
WWW.ARGENTINASINJUICIOSPORJURADO.BLOGSPOT.COM
Los juicios por jurado me parece que al contrario del comentario que nos dejaron son más democráticos. Eso es creer que el pueblo no sabe, no tenemos opinión, es pensar que hay gente de 1ra y de 2da como dijo una vez Pino Solanas."El principio de democrácia debería ser el protaginismo del pueblo" nos dice una filósofa española Adela Cortina. La democracia es el gobierno del pueblo por lo tanto la ciudadanía tiene que estar en los juicios por jurado para que su palabra sea escuchada.
No se si fracasó "En todo el mundo", lo que si sabemos es que en EE.UU. hay juicios por jurado y es la primera potencia mundial
Muy interesante el análisis que hace Ana Laura, ya que facilita el extensísimo debate que hay que seguir haciendo al respecto. Haciendo un recorte quizás lo que más inquieta es esa mirada conservadora oculta tras el progresismo de Argibay Molina, que plantea que hay que "estar calificado para ejercer juicios por jurados" o el comentario precedente. En realidad recuerdan al " voto calificado" de los conservadores" en épocas pasadas.
Felicitaciones y adelante!
Eduardo Maradei
HOY EN LA REUNIÓN DEL NODO LEÍMOS "NUESTRAS EXIGENCIAS DE JUSTICIA" DE ANA LAURA HERRERA, SALIERON MUCHAS CUESTIONES, MUY BUENO EL TEXTO YA QUE ABRE LA POSIBILIDAD DEL DEBATE Y LA DISCUSIÓN POLÍTICA
Un debate interesante que debe llevarnos a profundizar la mirada, más allá (y más acá) de ciertos instrumentos y técnicas. La democratización de la justicia es una necesidad imperiosa para nuestra sociedad, que día a día consolida un modelo de país democrático e inclusivo, en el cual el sistema judicial ha quedado enraizado en una época anterior, protegido y encerrado, sin posibilidad de articulación e intercambio entre la sociedad civil, es decir, todos los ciudadanos, y aquellos que -por cuestiones laborales y profesionales- hoy son jueces. Entiendo que puede equivocarse un jurado en un juicio (esto creo plantea el primer comentario) del mismo modo que puede equivocarse un juez, pero la mirada múltiple y colectiva, el debate que permite tener que pensar con otros, reviste un avance digno a tener en cuenta. Así como plantea la nota, no es lo único necesario para democratizar ese sistema y volverlo más justo, pero precisamente aquí está el desafío de ponernos como sociedad a escuchar opciones y seguir pensando colectivamente los caminos del acceso a la justicia.
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