Yo no tengo una militancia partidaria,
ni experiencia en la militancia política. Ni siquiera tengo incorporados los
códigos y lenguajes propios del dirigente político. Pero no creo que eso sea
imprescindible siempre que uno esté convencido, como lo estoy. Estamos viviendo
una época de transformaciones muy importantes, en donde todos debiéramos sumar
nuestra voz y nuestro aporte. Creo que efectivamente éste es un proyecto
nacional y popular, está bien esa denominación. Es nacional porque está
asentado en la recuperación de nuestras propias energías. En recuperar lo que
ha sido destruido y fortalecer las energías democráticas. Y es popular porque
tiene asiento en los sectores que, en nuestras democracias liberales, han
estado marginados, olvidados, fuera de las decisiones y de los beneficios de
las decisiones de los poderes democráticos. En definitiva, me siento
políticamente muy cómoda con lo que está ocurriendo, y casi obligada a aportar
algo en las discusiones o decisiones. En el espacio en que uno esté, para
profundizar y mejorar lo que ya está.
Carolina
Scotto, ex rectora de la Universidad
Nacional de Córdoba, 8/04/13
En Mujeres en la industria textil, de la fábrica al taller clandestino,
María Inés Fernández y Lilian Legnazzi destejen la trama del trabajo textil en la Argentina desde fines
del siglo XlX hasta comienzos del XXl. “El menemismo significó la muerte de la
pequeña industria, el gran cáncer –dijo una de las trabajadoras textiles
entrevistadas en el libro-. Creo que es importante que los jóvenes sepan que
esto empieza desde mediados de los 60, que hay una secuencia de destrucción del
país. Fuimos líderes en muchas ramas de la industria y fuimos retrocediendo
como quien entra en un tobogán y no puede parar la caída”. Entre 1975 y 1985,
según registran las autoras, el empleo industrial se redujo a un ritmo de lo 2%
anual, el salario real descendió fuertemente así como la lucha sindical,
crecieron las actividades cuentapropistas y gran porcentaje de lo personal
calificado emigró al exterior […] Pero no todo es derrota: Fernández y Legnazzi
señalan que la pauperización laboral también abrió la puerta a la organización
de las mujeres para pelear por sus derechos: “Los cambios operados en las
últimas décadas respeto de lo que las mujeres esperan de sí mismas y de lo que
el mundo espera de ellas las convierte, como grupo, en una fuerza política
destacada como nunca antes lo había sido”.
Inés Hayes, especialista en estudios
de género, 2/2/13
A diferencia de cierta tecnofobia
errática y desangelada, no hablamos de tecnología, hablamos de capital social.
Entre otras cosas, porque lo que llamábamos ciberespacio ya no es una
alternativa a lo real, sino lo real mismo que devino crucial para conectarse,
comunicarse y movilizarse. La masificación de las TIC se convirtió en un
"recurso global compartido" alrededor del cual se está configurando
un "nosotros" que funciona como espacio de subjetivación y, por lo
tanto, de resignificación del lenguaje, la percepción y los comportamientos. Un
"nosotros" que "no habla por todos sino para todos" y que
está dando lugar a una ética de la responsabilidad que consiste en
"hacernos cargo en común de lo común", implicando lo particular-local
en lo común-global, como cuando alguien decide clasificar los residuos de su
hogar o cuidar el uso del agua potable. Es decir, estamos ante un corrimiento
de lo dado (que nos concebía como individuos racionalizadores de nuestro destino
personal, pero no del destino común) y el surgimiento de un nuevo estatuto
colectivo que -en sintonía con la tradición humanista- concibe al cuidado de sí
como cuidado de todos en sociedad, y viceversa."
Fernando
Peirone, investigador de la
UNSAM, 24/04/2013.
[Hay que abrir] la posibilidad de
pensarnos desde la construcción y la perspectiva de un proyecto que, en sus
acciones, es cada vez más inclusivo. Ahora bien, a la acción hay que ponerla en
palabras y a las palabras hay que incorporarle “sentidos”. Esto es seguramente
la tarea más compleja, pero también la más apasionante, porque ningún lenguaje,
ni siquiera el de las imágenes, puede competir con ellas. Cuando la palabra es
pública genera opinión política, de allí la responsabilidad de los comunicadores
de cuidar la palabra, en el sentido de reconocer las implicancias que éstas
tienen en la vida de la gente. En el programa 678 se diluyó el sentido de las
palabras. Los panelistas no estuvieron a la altura de las circunstancias,
existió desigualdad en la circulación del mensaje. Dieron la impresión del
“todos contra uno” y eso no es bueno, no aporta. Tampoco es para
escandalizarnos por ello, pero sí para reflexionar críticamente de la manera
que queremos transmitir la construcción de un proyecto, sobre todo los que
tienen responsabilidad comunicacional, porque la distancia entre la palabra
pública y la opinión política es misteriosamente imperceptible.
Rosi
Muñoz, Nodo Mendoza de la Red Mujeres
con Cristina, 9/05/13
Nos pasa con frecuencia que regalamos
innecesariamente algunas palabras. Para decirlo de otra manera: aceptamos
demasiado rápido que el significado de algunas palabras solo puede ser el que
impone su uso hegemónico en cada momento. Y tanto la tradición liberal como la
tradición republicana aluden a un conjunto de conceptos que son mucho más ricos
que los que solemos identificar hoy con esas palabras. El liberalismo no
consiste solamente –y tal vez no consista en absoluto– en el desprecio por las
mayorías ni en la arrogancia de las elites. El liberalismo tiene que ver con
otras cosas: con el respeto a ciertos derechos fundamentales, con la no
persecución de la disidencia política, con garantizar la libertad de expresión
de todo el mundo. Y aunque no es habitual presentar al gobierno que hoy tenemos
como un gobierno liberal, a mí, francamente, no se me ocurren muchos ejemplos
de actitudes más liberales en el ejercicio del poder político que dos o tres
actitudes que tuvo este gobierno en los últimos años. Decirle a la policía:
señores, ustedes me mantienen el orden, pero van desarmados. Eso es notable, y
no lo había hecho antes ninguno de los gobiernos de los partidos que hoy le
reprochan al kirchnerismo no ser suficientemente liberal: lo hizo el
kirchnerismo, y es algo que corresponde ubicar en la gran tradición liberal, no
en la populista, ni siquiera en la democrática.”
Eduardo Rinesi, Rector de la Universidad de General
Sarmiento, Revista Cabal, junio 2012
Es verdad, Mujica no podría caerle mal
a nadie: un tipo con esa filosofía de vida y a la vez con mucho intelecto,
¿cómo no quererlo? Pero el asunto no es nomás que Mujica es un granjero loco,
renegado y filósofo que se las sabe todas, sino que es presidente de un país y
tiene que hacer política. (...) Yo digo que Mujica, desde hace tiempo, es la
coartada perfecta de las ideas conservadoras (...) Demás está decir que el
"mujiquismo" es coartada del antikirchnerismo, es usado como eso. Y
no por la izquierda anti K, sino por la derecha, la centroderecha (...) ¿Cuál
es la misión de un presidente: usar zapatos rotos y ropa sin planchar (por mí
todo bien con eso), o hacer un sistema más vivible para todos y no para unos
pocos? ¿Usar la misma heladera desde hace cincuenta años y fundamentar así una
inapelable filosofía contra el consumismo, o enfrentarse a ciertos poderes para
producir cambios necesarios en el rumbo de un país? ¿Cuál es la misión del
gobernante, ya no del vecino Pepe Mujica? Y Mujica es una coartada perfecta del
anticambio porque tiene un pasado de lucha indudable. ¿Ven?, Mujica no divide
al país, no genera choques, no "crispa" a nadie, no usa joyas ni
ropas de marca. No hace lío. Mujica es presidente y es pobre. Uruguay está en
paz. Esa es la visión (...) pero Montevideo tiene una pobreza que asusta y que
la van reteniendo en algunos barrios. La inclusión social, la desocupación, la
justicia, los derechos de las mayorías son temas muy pendientes (…) Como
símbolo, vergonzante por cierto, es que la impunidad de los crímenes de la
represión está, aún hoy, intacta
Carta
de lectores 7/4/2013, Tandil Diario, La coartada de Mujica por Gustavo Primucci
2 comentarios:
LA COARTADA DE MUJICA
¿cuál es la misión de un presidente? ¿ser pobre?¿no hacer bulla? ¿vivir en la "austeridad" para que otros, más pobres que él, se resignen a la pobreza? ¿ser pobre, mientras los paraísos fiscales disfrutan en su país de los bienes de otros? ¿y los temas pendientes?¿la impunidad genocida? Mujica encontró, en su apariencia chabacana y bonachona el argumento perfecto de inculpabilidad para hacerle el juego a la derecha conservadora. Mientras tanto, los poderosos se ríen y disfrutan de la pobreza del extupamaro.
A propósito del fragmento de Carolina Scotto
Lo bueno de este nuevo tiempo, es que despertó en los sujetos que nunca se vieron involucrados en la participación política partidaria o en la militancia, el impulso de aportar desde los ámbitos de incumbencia más próximos, a robustecer las energías democráticas.
Se va comprendiendo paulatinamente la idea de proyecto colectivo, y una/o, se siente incluido en ese proyecto, más aún, se siente parte de un proceso de transformación, entonces, esa inclusión, ese “ser parte de”, te moviliza a asumir compromisos que van, desde nutrirse de elemental información acerca de las cosas que suceden hasta, contribuir con ideas, acciones, comportamientos sociales que dan cuenta de la adhesión al proyecto nacional y popular.
Creo además, que una de las grandes genialidades de Néstor y Cristina, fue pensar más allá de las estructuras convencionales de la política. Abrir el juego. Esto, además de ampliar la adhesión al proyecto, generó desestabilización en las estructuras partidarias, hegemónicas y monolíticas al interior de su propia organización.
La gente está revisando esto de la “bajada de línea”, el “punterismo”, “patoterismo”, los “cuadros políticos”, que no sólo constituyen palabras en el imaginario de los partidos, sino que llevan consigo una fuerte carga simbólica que inmovilizó durante tanto tiempo y generó una suerte de “obediencia debida” sin que mediara reflexión alguna.
En síntesis, son buenos tiempos los que arrancan. Tenemos una gran tarea por delante.
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