aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

viernes, 16 de febrero de 2018

Para pensar, debatir, comprender...

Fragmentos.

Ayer vi cosas muy oscuras, volví a ver oscuridad en la Argentina, gente de civil sin identificación, volví a ver gente que era manifestante y después se ponía chalecos de la policía. Esto ya lo vivimos. Yo no quiero volver a eso. Quiero una Argentina en la que absolutamente todos, seas de izquierda, de derecha, puedas expresarte libremente y no tengas miedo. Los argentinos no nos merecemos volver a tener oscuridad porque hemos trabajado mucho por la luz. Vivíamos en una sociedad en la cual todos se podían expresar. Inclusive podían insultarme, me habían tildado de algunas cosas, me habían amenazado, me he visto colgada en una manifestación y nadie reprimió y nadie hizo nada. Yo no quiero una sociedad con miedo al hablar. 
Cristina Fernández, 3/09/17

El mito de la Argentina europea es un engranaje muy importante del proyecto conservador en la Argentina. Es un momento central del relato macrista. La derecha tiene una hoja de ruta ideológica y política inalterable. ¿Por qué nuestro país no fue ni es un país importante y próspero como lo auguraba nuestro liberalismo conservador después de la independencia? Porque a pesar de ser un país rico (“con todos los climas”) fue atraído por el impulso a cerrarse al mundo, a sostener una querella profunda y testaruda sobre la distribución del ingreso, porque –en fin– predominó en su pathos ideológico el nacionalismo y el populismo. Ese relato ideológico encaja muy bien con el impulso aspiracional de las clases medias, atrae ciertas sensibilidades intelectuales no sin agregarle incentivos profesionales de fama y de ingresos y hasta tiene llegada a las clases populares por la vía de la seducción individualista y consumista. Si no fueran esas las condiciones políticas, las frases de Macri no tendrían la recepción entre favorable y pasiva que hoy siguen teniendo (…)  Cada vez es más difícil moverse en el territorio de una supuesta oposición apoyándose en la misma retórica de un gobierno orientado no solamente a batir electoralmente al peronismo sino a barrer sus bases materiales y a borrar sus huellas culturales. A la nueva Argentina macrista le gusta soñarse a sí misma blanca, educada y cosmopolita. Necesita para eso imaginar una Europa y unos Estados Unidos democráticos, liberales y defensores de la paz mundial. Y un tercer mundo necesitado de fusionarse con esos faros iluminadores de la época. De ese modo podrá esperarse la nueva lluvia de dólares atraída por el alineamiento incondicional de nuestros países, lo que haría innecesario cualquier impulso de industrialización y de desarrollo político y cultural independiente.
Edgardo Mocca, “Macri y el sueño de la Argentina europea”, periodista, 28/01/18

Para 2018, las medidas serán más duras. Según información a la que tuvo acceso Tiempo, el recorte de la nómina de trabajadores alcanzará el 15 por ciento. En paralelo, cerrarán entre diez y 12 hipermercados. Otros 16 se convertirán en "maxi", la versión mayorista de la empresa. "De esta manera, se ahorran mucho personal, ya que los 'Maxi' son galpones de almacenamiento que no requieren de reposición constante en góndolas y ese tipo de tareas” (…) En su web, la empresa destaca que la cadena tiene 20 mil empleados a nivel nacional. De concretarse el recorte del 15%, el número de despedidos rondaría los 3000 empleados. Carrefour cerró en 2016 algunos "market" (cada uno con cerca de 50 trabajadores) y, en paralelo, proliferaron los Carrefour Express. Una empleada de estos mini-super, explicó a Tiempo: "Son cinco empleados por cada local, que realizan las tareas de diez personas. Sos cajero, repositor y hasta encargado", ejemplificó. "Es difícil sindicalizarse porque no hay cantidad suficiente de empleados por local para tener delegados. Entonces, tienen vía libre para precarizar".
Bárbara Nieve, “Carrefour planea despidos y cierre de sucursales”, periodista, 31/12/17

Quienes changuean o se conchaban en negro la pasan peor, como un efecto cascada de la merma de actividad y de la pérdida de poder adquisitivo general.
En alta dosis, ocurre algo similar con otros derechos. Los establecidos por ley resisten (en general) más los embates del programa neoliberal. El cambio del coeficiente de actualización de las jubilaciones es un ejemplo. El Gobierno consiguió la ley pero el perjuicio quedó expuesto, aún antes de que los jubilados cobraran los haberes de marzo. En cambio, la licuación de derechos no legislados mediante recortes de presupuesto opera por goteo: es menos perceptible. La padecen colectivos dispersos, no organizados previamente como los sindicatos o los movimientos sociales. Es difícil que reaccionen simultánea y colectivamente. No tienen gremio u organización que los defienda. La institucionalidad de gobiernos populares cimienta más sólidamente los avances y las conquistas, una moraleja digna de mención. Otra, provista por la coyuntura es el fracaso de las tratativas entre Macri y su colega francés, Emmanuel Macron (...) los mandatarios de los países centrales protegen actividades híper subvencionadas. No se aferran, agregamos, a una noción abstracta de la competitividad. Les importa defender a sectores productivos si dan trabajo, si facilitan el arraigo territorial de sus nacionales, si estos no tienen una vía laboral de salida. La derecha que gobierna en el techo del mundo es menos lineal y destructiva que la argentina, inclinada a concebir un país para pocos. 
Mario Wainfeld, “Al calor de los despidos”, periodista, 28/01/18

La muchacha, la sierva, la chica que trabaja en casa, la mucama, la empleada, la doméstica (sin decir empleada), la muqui, el servicio, la sirvienta, la criada, la que cocina –menos que la cocinera–, la que limpia; siempre con el artículo adelante, para señalar género y siempre un poco infantilizada, al punto de ser considerada parte de la familia pero parte de la familia que recibe órdenes. El repertorio para designar a las trabajadoras de casas particulares es tan amplio como el abanico de tareas que realizan a diario (…) Lavan, planchan, cocinan, cortan el pasto, le sacan las palomas a los calzoncillos del señor, saben cómo hacer dormir al bebé, mienten en nombre de los o las adolescentes de la casa, esperan a que la familia termine de cenar para poder retirarse, se despiertan antes que los patrones para poder tenerles el desayuno listo y, por supuesto, están en la puerta de la quinta para abrirle el portón al señor de la casa antes de que él llegue a parpadear bajo amenaza de ser insultada (…) Es curioso, pero en nuestro país, sigue existiendo el trabajo “cama adentro” –otro eufemismo para no hablar de expropiación del tiempo libre– y son las familias más adineradas las que echan mano de este “recurso” y, créase o no, pagan los sueldos más bajos porque los completan con las cuatro comidas y la ropa de marca que heredan de las señoras de la casa (…) el 20 por ciento de las mujeres que trabajan están empleadas en casas particulares aunque siete de cada diez no estén registradas como trabajadoras y por lo tanto no tienen obra social ni aportes jubilatorios (…) Es la división sexual del trabajo, estúpida, podría decir con razón una feminista cualquiera para explicar por qué un ministro que dice combatir el empleo no registrado no cumple con las generales de la ley que se sancionó en 2013 (…) ¿Y los insultos? ¿Por qué deberían llamar la atención? ¿No entrarían en esta misma lógica? Por supuesto, el ministro lo explica muy bien: son “exabruptos”, (…) Pero, diría la misma feminista, lo personal es político, estúpido; perdón, señor ministro.
Marta Dillon, “Sandra, la pelotuda”, periodista, 18/01/18

Evitar el simplismo es determinante para entender los mecanismos internos de una democracia. Chocobar no actúa en legítima defensa cuando persigue a un delincuente que está escapando, y esto es independiente de los crímenes cometidos por éste, cuya gravedad nadie –la Justicia tampoco– discute. Lo que se discute es si, además de un ataque criminal contra un turista (lo cual debe ser condenado), existe un exceso en la represión que deriva en un nuevo asesinato por parte de las fuerzas de seguridad. La policía está para evitar más muertes. No para aumentar el número de víctimas de la violencia. La policía no subroga, en una democracia, la actuación de la Justicia. En la Argentina no existe la pena de muerte (…) El derecho a la vida lo tienen también los delincuentes. La policía no está habilitada para transgredir o pisotear este derecho, aunque el presidente considere, erróneamente, y haciendo un uso político de un caso penoso, que sí. El delincuente, el terrorista, el genocida, tiene derecho, también, a un juicio justo. Tiene derecho a un proceso con garantías. Esta verdad incómoda es lo que hace de la democracia un sistema superior. Y la sociedad tiene derecho a que quienes cometen crímenes sean condenados. No asesinados. 
Guido Leonardo Croxatto, “Legítima defensa”, UBA- Conicet, 5/02/18

Las organizaciones sindicales constituyen uno de los instrumentos centrales para el reaseguro de la democracia en las sociedades contemporáneas. Una sociedad pluralista admite en su seno la existencia de intereses contrapuestos. Por eso, las sociedades democráticas son necesariamente sociedades políticas en las que la decisión no puede ser deducida lógicamente de algún principio universal. Una sociedad plural es una sociedad de conflictos, no un proceso de gestión o administración (…) El conflicto que al mismo tiempo constituye y divide la sociedad capitalista es el conflicto entre el capital y el trabajo. El órgano llamado a representar tanto el antagonismo en sí como al sujeto antagonista es la organización sindical. No es casual que todas las dictaduras y regímenes autoritarios hayan pretendido anularlas, castigarlas o cooptarlas. La libertad de las organizaciones sindicales constituye una condición del funcionamiento de una democracia moderna. Por esa razón, tanto la Constitución Nacional como los instrumentos internacionales de derechos humanos la reconocen y proscriben su afectación irrazonable por parte del Estado. 
Enrique Arias Gilbert, “Los efectos de una intervención irregular”, Juez de Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo. Doctor en Ciencias Jurídicas, 23/01/18  

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