aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

jueves, 17 de enero de 2019

Para pensar, debatir, comprender

Fragmentos.

Si traicionan las banderas, si vuelven a querer restaurar un orden conservador, no voy a ser yo el problema. El problema van a ser ustedes porque crecieron en un país distinto. Se equivocan, no voy a ser yo el problema, el problema van a ser los millones de trabajadores que consiguieron trabajo, el problema van a ser los millones de jóvenes que por primera vez tuvieron un empleo, una computadora o pudieron ir a la universidad a pocas cuadras de su casa. El problema van a ser millones de jubilados incorporados a sus derechos y que dos veces al año le reajustan sus jubilaciones. El problema van a ser los miles de científicos y científicas que por primera vez sienten que la patria, que su país los tiene en cuenta y les da los instrumentos y los elementos para llevar a cabo sus ilusiones, sus estudios y devolverle al país lo que el país le ha dado a ellos a través de la universidad nacional, pública y gratuita. El problema, el problema no voy a ser yo, van a ser inclusive, algunos de los que hoy no me quieren y que no se dan cuenta que lo que se logró no fue solamente por mérito del trabajo, sino porque hay un proyecto de país que incluye, que dignifica, que moviliza y que permite progresar en la vida cotidiana.
Cristina Fernández, 1/05/17

Demasiado poco, demasiado tarde: tal fue la respuesta de los Chalecos Amarillos ante la repentina vuelta atrás del gobierno francés en diciembre respecto del aumento del impuesto a las naftas. Los Chalecos Amarillos, que sumieron en el desorden a Francia con protestas violentas, quieren más, mucho más, y lo quieren cuanto antes: impuestos más bajos, salarios más altos, liberación del persistente miedo económico, y una vida mejor (…) Lo que engloba estos alzamientos, más allá de las demandas, es el rechazo de los partidos, los sindicatos y las instituciones de gobierno existentes, a todos los cuales se los considera incapaces de dar respuesta a lo profundo de sus reivindicaciones y de proporcionar una barrera contra la inseguridad económica (…) Fue en las lujosas calles comerciales de París, la Avenue Kléber y la Rue de Rivoli – símbolos insolentes del privilegio urbano en comparación con las provincias apagadas de las que surgieron los Chalecos Amarillos– donde el sábado destrozaron las vidrieras (…) “Todavía no han entendido nuestras exigencias”, dijo Roussel [Portavoz del movimiento en Marsella]. “Fue como un petardo en el agua”, opinó acerca de la suspensión por seis meses del aumento impositivo a los combustibles decretada por el gobierno. Las protestas van a seguir, prometió: hasta que se hagan concesiones más profundas.
Adam Nossiter, “Las huellas de los Chalecos Amarillos”, periodista, 5/01/19

Creo que es correcto pensar que llegamos donde llegamos teniendo en cuenta el papel de los medios, que se dedicaron siempre a desacreditar a la política y a afirmar que el neoliberalismo es la única salida a la crisis. Pero hay que tener en cuenta que en estas elecciones hubo un contra espacio que le ganó lugar a los medios tradicionales. Y ese contra espacio fueron las redes sociales e Internet, y eso es algo que tenemos que reflexionar. Bolsonaro, por ejemplo, no estuvo en ningún debate. Nosotros corremos un riesgo al pensar que Internet es solo una nueva plataforma, pero no es sólo eso. La tele sí es solo eso, es el espacio donde la gente ofrece una versión de la historia. Internet no. Internet es un espacio de organización y de presencia de la gente: la gente está ahí como en una asamblea popular permanente, habla, oye. Entonces creo que hay algo aquí que es más profundo y tiene que ver con cambios muy intensos para las nuevas generaciones que delinea un cambio en la forma de relacionarse en sociedad.  
Manuela D`Avila, ex candidata a vicepresidenta por el PT en Brasil, 25/11/18

Pagar alquileres, abonar las boletas de luz y gas, adquirir medicamentos o comprar audífonos. Esos son algunos de los destinos que reciben, cada vez con más frecuencia, los préstamos otorgados por la Anses a los jubilados, pensionados y titulares de la AUH. Un informe elaborado por la mesa de Políticas Sociales de la Fundación Germán Abdala sostiene que la pérdida de la capacidad de compra de los haberes convirtió a los créditos en un instrumento para acceder a bienes y servicios de primera necesidad. “La demanda de las personas se concentra en la necesidad de obtener dinero para garantizar consumos básicos y no para asegurar sus derechos de la seguridad social. El derecho pasa a ser deuda”, explica a PáginaI12 el delegado general de la Junta Interna de ATE-Anses, Diego García (…) “Los trabajadores del organismo sienten que atienden en una financiera”, advierte el representante gremial (…) Queremos que la gente que más lo necesita siga teniendo acceso a créditos a una tasa razonable para equipar su casa (…) expresaron desde La Anses ante la consulta de este diario (…) El informe elaborado por la Fundación Germán Abdala ofrece una visión distinta sobre el destino que reciben los préstamos (…) las personas solicitan el dinero para pagar el alquiler del cuarto de la pensión en la que viven, la tarifa del gas o de la luz, los audífonos que el programa de salud pública no les brinda y cualquier otro gasto más ligado a la supervivencia que a la realización de un proyecto (…) “La idea de redistribución equitativa del ingreso, reparación y democratización de derechos, ha sido reemplazada por la de gobernabilidad, como capacidad de ejercer el control de los sectores sociales más perjudicados por el ajuste”.
Tomás Lukin, “Pedir préstado para llegar a fin de mes”, periodista, 2/01/19

Me desempeñaba como director de la televisión pública paraguaya y en ese momento se dio el golpe de Estado, la destitución del gobierno de Fernando Lugo. Sentí que la clase social de la cual provengo, una clase privilegiada, había apoyado ese golpe con tal de no perder los privilegios. Cuando suceden esas crisis uno se pone a pensar de dónde viene y entiende cosas que usualmente tiene naturalizadas, se hace preguntas que antes no se hacía. Empecé a reflexionar sobre el entorno en el cual crecí. Un mundo de mujeres, además. Un mundo de Mamá, tías, abuelas, niñera. Mi memoria del mundo tiene que ver con esas voces de mujeres y, a partir de allí, comencé a buscar una forma de contar algo (...) Comencé a escribir algunos diálogos y a tratar de entender las impresiones que tenía de ese lugar del cual yo venía, en un sitio tan particular como Paraguay, que tiene una larga historia de autoritarismos y que ha sido siempre muy machista, pero donde, a pesar de ello, las mujeres han tenido históricamente un rol muy importante (…) un país donde la gente está constantemente presa: en una clase social, en una relación, en una casa (…) Ustedes los argentinos tienen una frase que me gusta mucho: la idea de vivir en un termo. La gente que vive en un termo se pierde de muchas cosas y cuando, de repente, tienen la oportunidad de salir (…) y empezar a mirar alrededor, esas personas ganan mucho, empiezan a desear, a sentir, a vivir (…) Supongo que es algo universal y que la historia también podría ocurrir en Argentina. Tal vez no en Buenos Aires pero sí en alguna provincia, como Santa Fe. Es algo muy latinoamericano, esa burguesía de apellidos largos y bolsillos cortos que, con el tiempo, comenzó a perder estatus económico. 
Marcelo Martinessi, director de cine paraguayo, 2/12/18

“Ahora, en conciertos, marchas y hasta en el preámbulo de la final suspendida de la Copa Libertadores, se escucha más bien otro eslogan: ‘Mauricio Macri, la puta que te parió’. O se lee con demasiada frecuencia su versión de redes sociales, #MMLPQTP”. No se publicó en Página12, sino en el New York Times el martes pasado (…) El artículo del New York Times muestra a un Macri desbordado por situaciones que se le escapan. Un personaje que no está a la altura de los problemas y los empeora. Y sobre todo describe a un gran mentiroso, nada peor para la imagen internacional de un presidente. 
Luis Bruschtein, “El anfitrión de un mundo en crisis”, periodista, 1/12/18

Me molesta la idea de que el pueblo es burro y no desconfío de la historia que tiene sus ritmos y sus lugares de paso, siempre provisionales siempre transitorios aunque a veces fatídicos y tenebrosos. Predico el largo plazo tan difícil de procesar por nuestros Estado liberales y eurocéntricos a derecha y a izquierda.  No descreo que las conciencias puedan ser hasta cierto punto manipuladas. Pero soy antropóloga y por lo tanto mi premisa es que todo lo afirmado por los pueblos debe ser considerado un enunciado y como tal hace referencia a una realidad. En otras palabras hay un dicho ahí. Hay un dicho en toda votación Es imprescindible intentar entender qué es lo que dicen los votantes aunque a primera vista parezca ininteligible y absurdo. Aunque voten por la muerte. Las conciencias son manipulables, sí, pero es necesario que exista una condición de posibilidad, mar de fondo estado de ánimo, resentimiento y sobre todo error estratégico grave que permita esa manipulación 
Rita Segato, “Limitaciones de los gobiernos de Lula y Dilma” antropóloga, diciembre 2018

Red Mujeres con Cristina 
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viernes, 4 de enero de 2019

Para pensar, debatir, comprender...

Bienvenido 2019!

La Red Mujeres con Cristina les propone este año militar, organizarnos y pensar colectivamente para una gran alianza, lograr la unidad para ganar en las urnas, y tejer entre todxs esperanzas para construir un país más inclusivo, democrático y popular. 

Fragmentos.


Yo quiero volver a ser parte de un movimiento político donde lo importante es el pueblo, los que sufren, los que necesitan, los comerciantes que tienen que levantar la persiana, los empresarios que dan trabajo. Esta es la Argentina que queremos, esto es Unidad Ciudadana, para que lo entiendan todos y todas (…) Cuando uno ha participado en partidos políticos toda la vida, la propia endogamia de los partidos políticos hace que los dirigentes se sientan más importantes que la sociedad (…) Pongamos energía en organizar a los ciudadanos y ciudadanas, el insulto y el agravio déjenselo a ellos. Tenemos que organizarnos por el desempleo, las tarifas, la deuda, los beneficios para jubilados que ya no están.
Cristina Fernández, acto en estadio, 20/06/17

Osvaldo no se ha ido, seguirá siempre con nosotros, porque al narrar historia hizo historia, que no se agota en el relato de cualquier hecho pasado, sino en la memoria de los hechos que determinan o condicionan nuestro presente. Y en ese presente nos encontramos con Timerman, la última víctima de la crueldad de nuestra historia (…) A Timerman lo mataron o, al menos le aceleraron arteramente la muerte. Nadie es ingenuo y todos saben que deprimir a un enfermo de cáncer le produce la muerte. Nadie ignora que interrumpirle un tratamiento le quita posibilidades de vida. (…) Esto es lo que une las dos existencias que culminaron su curso en los últimos días del año. Uno recuperó la memoria del pasado de crueldad, el otro testimonió la continuidad de la crueldad en el presente. Ambos unidos en la aporía agustiniana: el pasado ya no es, el futuro aún no es y el presente es una línea divisoria entre dos cosas que no son. Los unirá siempre en la memoria popular la continuidad de la crueldad argentina. Pero no todas fueron malas noticias en los últimos días del año. La extrema crueldad tiene un efecto paradojal: hace reflexionar. Hubo tres juezas que absolvieron a otra víctima de la crueldad, a Milagro. Y otras juezas también tomaron decisiones conforme al derecho, que parecía ya no regir en nuestra Patria. Juezas, sí, mujeres, por suerte, como las Madres hace más de cuatro décadas. Aprendan los hombres.
Eugenio Raúl Zaffaroni, “La esquina Bayer y Timerman, profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires, 2/01/19

Él trataba de ocultarme lo que estaba sufriendo, pero yo me daba cuenta de que las condiciones eran terribles. Si hasta el trato con las visitas era malo. A las mujeres nos hacían pasar de a tres o cuatro a un baño. Nos obligaban a sacarnos toda la ropa y después saltar y toser, saltar y toser, era como un juego para ellos. Se divertían viéndonos hacer eso. Todo lo que nosotros llevábamos, los policías se lo quedaban. Desde un paquete de galletitas hasta un detergente. Nos rompían las cosas, nos revoleaban los tupper con comida al piso. Hice todo lo posible por sacarlo de ahí, pero siempre nos respondían que no se lo podía trasladar porque en las cárceles no había lugar. Los policías dicen que hubo un intento de fuga, que dos de los chicos estaban limando la reja de la celda y que al ser descubiertos prendieron fuego los colchones, pero cualquiera que haya ido a esa comisaría sabe que era imposible escaparse por ahí; hubieran salido a un pasillo, donde hay otra reja, y si también lograban pasarla, iban a tener que atravesar la puerta en donde estaban todos los policías. Esa versión es una barbaridad.
Matilde mamá de Elías Soto, uno de los 33 carbonizados muertos en la Comisaria 3 de Esteban Echeverría el 15 de noviembre 2018, 2/12/18

Jair Bolsonaro dispara interpretaciones en varias direcciones. Algunas son unívocas, forman parte de un mismo ideario. Es ultraderechista, xenófobo, misógino, homofóbico y ultramontano. Pero además estimula comparaciones que lo colocan en un territorio donde solo se pueden cosechar incertidumbres. Impredecible, se dice que es. Un presidente fuera de control, tal vez (…) Sus seguidores o votantes refractarios al Partido de los Trabajadores, lo apoyaron en las urnas en primera y segunda vuelta porque querían un cambio. No les importó medir las potenciales consecuencias. Tanto como que hacen la mímica de ese gesto que el presidente patentó – de disparar con los dedos, como si tuvieran un arma – en un país que tiene 63 mil homicidios por año. Luiz Alberto Gómez de Souza, un académico cristiano prestigioso escribió la semana pasada en Carta Maior, un conocido portal de izquierda: “Lo más escandaloso es, en este momento, la ausencia de una estrategia del lado progresista que está medio perdido, y con el PT cerrado en torno al problema de Lula, no de Brasil. Todo está en la mano de la derecha, que va a intentar controlar a Bolsonaro o derribarlo”.
Gustavo Veiga, “Bolsonaro y las vueltas de la historia”, 2/01/19

El trabajo de pensamiento más lúcido que encontramos últimamente viene de la antropología y de la filosofía. Menciono tan solo los que más me han impactado y abrieron nuevos horizontes de pensamiento: la propuesta de Rita Segato sobre lo que denomina “Mandato de masculinidad” es un aporte indiscutible y que nos ayuda a entender algo de lo que sucede. Ella dice: “Naturalmente, las relaciones de género y patriarcado juegan un papel relevante. La masculinidad está más disponible para la crueldad porque la socialización y el entrenamiento para la vida del sujeto que deberá cargar con el fardo de la masculinidad lo obligan a desarrollar una afinidad significativa entre masculinidad y guerra, entre masculinidad y crueldad, entre masculinidad y baja empatía. Las mujeres somos empujadas al papel de objeto, disponible y desechable, ya que la organización corporativa de la masculinidad conduce a los hombres a la obediencia incondicional hacia sus pares –y también opresores– y encuentran en aquellas las víctimas a mano para dar paso a la cadena ejemplarizante de mandos y expropiaciones”. “El “fardo” de la masculinidad. Inmejorable definición, popular y expresiva (…) Esa reflexión de la autora me parece notable: no alcanza con pensar en nuestra constitución subjetiva familiarizada si no la vemos envuelta en la escena del mundo en que habitamos. 
Daniel Waisbrot, “El fardo de la masculinidad”, psicoanalista, 13/12/18

 La globalización y el cambio tecnológico producen enormes beneficios para la humanidad. Pero al mismo tiempo, vemos por todos lados a aquellos que son quienes pierden con la globalización, aquellos a los que se deja en el camino: gente, regiones, sectores, que sienten bronca, que muchas veces piensan que los gobiernos no hacen un esfuerzo suficiente para hacer frente a sus problemas y sus dificultades (…) El cambio climático está avanzando más rápido que lo que habíamos pensado. Esto significa que lo que estamos enfrentando es una situación increíblemente difícil (…) Tengo la profunda convicción de que los problemas (como el aumento de la temperatura terrestre y de los océanos y la multiplicación de los desastres naturales) deben tomarse muy seriamente por parte de la comunidad internacional. Pero la verdad es que después del Acuerdo de París hubo un cierto desvanecimiento de la voluntad política para afrontar estos asuntos (…) estamos enfrentando desafíos globales: terrorismo, cambio climático, la no capacidad para manejar las olas migratorias, y está claro que no hay forma de que estos desafíos globales puedan ser abordados de manera aislada (...) Aun con todos los problemas y contradicciones, yo creo que la única manera de que podamos producir resultados es uniendo a las personas para la cooperación internacional.
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, 30/11/18

No soy feminista, dijo el otro día una actriz famosa y millonaria en una entrevista. No es la primera vez que una mujer dice algo así. No nos enojemos, compañeras. Pensemos qué de nuestras construcciones colectivas deja afuera a aquellas mujeres y disidencias que no compran combo completo. A esa también, la que dice que no es feminista, a la que es feminista y no sabe, a la que dice que no es pero goza de los avances del movimiento, a la que está en las barriadas y no se dice feminista pero sabe muy bien qué quiere decir “Ni una menos”. A esa también la queremos feminista, la queremos hermana. Estamos haciendo política. Desde la fundación de ese espacio que nos reunió en Ni Una Menos hacemos política. Una política que nunca se basó en descalificar ni en ser vigilantes de nadie, ni de amigxs ni de contrarixs. La construimos en el proceso de asambleas feministas donde confluimos miles para marchar juntas en las calles. Incluso con disidencias, buscamos una base común de demandas (…) No vamos a estar todas de acuerdo. Hasta hace unos años, las personas trans no eran bienvenidas en los Encuentros Nacionales de Mujeres –que ya están en hora de cambiar su nombre–, tampoco eran recibidas las trabajadoras sexuales. Esas barreras las derribamos nosotras. Porque lo que menos necesitamos son muros estilo Trump que nos separen de nuestras propias compañeras. Los tiempos nos llevan en una larga marcha a través de la emergencia de nuevxs actorxs políticos y sociales en los últimos años, a generar alianzas insólitas y alianzas estratégicas que nos dan la fuerza de lo colectivo. 
Marina Mariasch y Florencia Minici, “Un feminismo para el 99 por ciento”, ensayistas, escritoras e integrantes de Ni Una Menos, 12/11/18

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