aqui estamos!

aqui estamos!

"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

viernes, 4 de enero de 2019

Para pensar, debatir, comprender...

Bienvenido 2019!

La Red Mujeres con Cristina les propone este año militar, organizarnos y pensar colectivamente para una gran alianza, lograr la unidad para ganar en las urnas, y tejer entre todxs esperanzas para construir un país más inclusivo, democrático y popular. 

Fragmentos.


Yo quiero volver a ser parte de un movimiento político donde lo importante es el pueblo, los que sufren, los que necesitan, los comerciantes que tienen que levantar la persiana, los empresarios que dan trabajo. Esta es la Argentina que queremos, esto es Unidad Ciudadana, para que lo entiendan todos y todas (…) Cuando uno ha participado en partidos políticos toda la vida, la propia endogamia de los partidos políticos hace que los dirigentes se sientan más importantes que la sociedad (…) Pongamos energía en organizar a los ciudadanos y ciudadanas, el insulto y el agravio déjenselo a ellos. Tenemos que organizarnos por el desempleo, las tarifas, la deuda, los beneficios para jubilados que ya no están.
Cristina Fernández, acto en estadio, 20/06/17

Osvaldo no se ha ido, seguirá siempre con nosotros, porque al narrar historia hizo historia, que no se agota en el relato de cualquier hecho pasado, sino en la memoria de los hechos que determinan o condicionan nuestro presente. Y en ese presente nos encontramos con Timerman, la última víctima de la crueldad de nuestra historia (…) A Timerman lo mataron o, al menos le aceleraron arteramente la muerte. Nadie es ingenuo y todos saben que deprimir a un enfermo de cáncer le produce la muerte. Nadie ignora que interrumpirle un tratamiento le quita posibilidades de vida. (…) Esto es lo que une las dos existencias que culminaron su curso en los últimos días del año. Uno recuperó la memoria del pasado de crueldad, el otro testimonió la continuidad de la crueldad en el presente. Ambos unidos en la aporía agustiniana: el pasado ya no es, el futuro aún no es y el presente es una línea divisoria entre dos cosas que no son. Los unirá siempre en la memoria popular la continuidad de la crueldad argentina. Pero no todas fueron malas noticias en los últimos días del año. La extrema crueldad tiene un efecto paradojal: hace reflexionar. Hubo tres juezas que absolvieron a otra víctima de la crueldad, a Milagro. Y otras juezas también tomaron decisiones conforme al derecho, que parecía ya no regir en nuestra Patria. Juezas, sí, mujeres, por suerte, como las Madres hace más de cuatro décadas. Aprendan los hombres.
Eugenio Raúl Zaffaroni, “La esquina Bayer y Timerman, profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires, 2/01/19

Él trataba de ocultarme lo que estaba sufriendo, pero yo me daba cuenta de que las condiciones eran terribles. Si hasta el trato con las visitas era malo. A las mujeres nos hacían pasar de a tres o cuatro a un baño. Nos obligaban a sacarnos toda la ropa y después saltar y toser, saltar y toser, era como un juego para ellos. Se divertían viéndonos hacer eso. Todo lo que nosotros llevábamos, los policías se lo quedaban. Desde un paquete de galletitas hasta un detergente. Nos rompían las cosas, nos revoleaban los tupper con comida al piso. Hice todo lo posible por sacarlo de ahí, pero siempre nos respondían que no se lo podía trasladar porque en las cárceles no había lugar. Los policías dicen que hubo un intento de fuga, que dos de los chicos estaban limando la reja de la celda y que al ser descubiertos prendieron fuego los colchones, pero cualquiera que haya ido a esa comisaría sabe que era imposible escaparse por ahí; hubieran salido a un pasillo, donde hay otra reja, y si también lograban pasarla, iban a tener que atravesar la puerta en donde estaban todos los policías. Esa versión es una barbaridad.
Matilde mamá de Elías Soto, uno de los 33 carbonizados muertos en la Comisaria 3 de Esteban Echeverría el 15 de noviembre 2018, 2/12/18

Jair Bolsonaro dispara interpretaciones en varias direcciones. Algunas son unívocas, forman parte de un mismo ideario. Es ultraderechista, xenófobo, misógino, homofóbico y ultramontano. Pero además estimula comparaciones que lo colocan en un territorio donde solo se pueden cosechar incertidumbres. Impredecible, se dice que es. Un presidente fuera de control, tal vez (…) Sus seguidores o votantes refractarios al Partido de los Trabajadores, lo apoyaron en las urnas en primera y segunda vuelta porque querían un cambio. No les importó medir las potenciales consecuencias. Tanto como que hacen la mímica de ese gesto que el presidente patentó – de disparar con los dedos, como si tuvieran un arma – en un país que tiene 63 mil homicidios por año. Luiz Alberto Gómez de Souza, un académico cristiano prestigioso escribió la semana pasada en Carta Maior, un conocido portal de izquierda: “Lo más escandaloso es, en este momento, la ausencia de una estrategia del lado progresista que está medio perdido, y con el PT cerrado en torno al problema de Lula, no de Brasil. Todo está en la mano de la derecha, que va a intentar controlar a Bolsonaro o derribarlo”.
Gustavo Veiga, “Bolsonaro y las vueltas de la historia”, 2/01/19

El trabajo de pensamiento más lúcido que encontramos últimamente viene de la antropología y de la filosofía. Menciono tan solo los que más me han impactado y abrieron nuevos horizontes de pensamiento: la propuesta de Rita Segato sobre lo que denomina “Mandato de masculinidad” es un aporte indiscutible y que nos ayuda a entender algo de lo que sucede. Ella dice: “Naturalmente, las relaciones de género y patriarcado juegan un papel relevante. La masculinidad está más disponible para la crueldad porque la socialización y el entrenamiento para la vida del sujeto que deberá cargar con el fardo de la masculinidad lo obligan a desarrollar una afinidad significativa entre masculinidad y guerra, entre masculinidad y crueldad, entre masculinidad y baja empatía. Las mujeres somos empujadas al papel de objeto, disponible y desechable, ya que la organización corporativa de la masculinidad conduce a los hombres a la obediencia incondicional hacia sus pares –y también opresores– y encuentran en aquellas las víctimas a mano para dar paso a la cadena ejemplarizante de mandos y expropiaciones”. “El “fardo” de la masculinidad. Inmejorable definición, popular y expresiva (…) Esa reflexión de la autora me parece notable: no alcanza con pensar en nuestra constitución subjetiva familiarizada si no la vemos envuelta en la escena del mundo en que habitamos. 
Daniel Waisbrot, “El fardo de la masculinidad”, psicoanalista, 13/12/18

 La globalización y el cambio tecnológico producen enormes beneficios para la humanidad. Pero al mismo tiempo, vemos por todos lados a aquellos que son quienes pierden con la globalización, aquellos a los que se deja en el camino: gente, regiones, sectores, que sienten bronca, que muchas veces piensan que los gobiernos no hacen un esfuerzo suficiente para hacer frente a sus problemas y sus dificultades (…) El cambio climático está avanzando más rápido que lo que habíamos pensado. Esto significa que lo que estamos enfrentando es una situación increíblemente difícil (…) Tengo la profunda convicción de que los problemas (como el aumento de la temperatura terrestre y de los océanos y la multiplicación de los desastres naturales) deben tomarse muy seriamente por parte de la comunidad internacional. Pero la verdad es que después del Acuerdo de París hubo un cierto desvanecimiento de la voluntad política para afrontar estos asuntos (…) estamos enfrentando desafíos globales: terrorismo, cambio climático, la no capacidad para manejar las olas migratorias, y está claro que no hay forma de que estos desafíos globales puedan ser abordados de manera aislada (...) Aun con todos los problemas y contradicciones, yo creo que la única manera de que podamos producir resultados es uniendo a las personas para la cooperación internacional.
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, 30/11/18

No soy feminista, dijo el otro día una actriz famosa y millonaria en una entrevista. No es la primera vez que una mujer dice algo así. No nos enojemos, compañeras. Pensemos qué de nuestras construcciones colectivas deja afuera a aquellas mujeres y disidencias que no compran combo completo. A esa también, la que dice que no es feminista, a la que es feminista y no sabe, a la que dice que no es pero goza de los avances del movimiento, a la que está en las barriadas y no se dice feminista pero sabe muy bien qué quiere decir “Ni una menos”. A esa también la queremos feminista, la queremos hermana. Estamos haciendo política. Desde la fundación de ese espacio que nos reunió en Ni Una Menos hacemos política. Una política que nunca se basó en descalificar ni en ser vigilantes de nadie, ni de amigxs ni de contrarixs. La construimos en el proceso de asambleas feministas donde confluimos miles para marchar juntas en las calles. Incluso con disidencias, buscamos una base común de demandas (…) No vamos a estar todas de acuerdo. Hasta hace unos años, las personas trans no eran bienvenidas en los Encuentros Nacionales de Mujeres –que ya están en hora de cambiar su nombre–, tampoco eran recibidas las trabajadoras sexuales. Esas barreras las derribamos nosotras. Porque lo que menos necesitamos son muros estilo Trump que nos separen de nuestras propias compañeras. Los tiempos nos llevan en una larga marcha a través de la emergencia de nuevxs actorxs políticos y sociales en los últimos años, a generar alianzas insólitas y alianzas estratégicas que nos dan la fuerza de lo colectivo. 
Marina Mariasch y Florencia Minici, “Un feminismo para el 99 por ciento”, ensayistas, escritoras e integrantes de Ni Una Menos, 12/11/18

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