EL JUEGO DE LA DERECHA

Van a tener que retomar el disfraz, se les está notando mucho…

Las jornadas de la última semana que culminaron con la maratónica sesión en la que la Cámara de Diputados ratificó las retenciones móviles, nos conducen a mirar más de cerca el actual funcionamiento de las instituciones democráticas.

Con algunas excepciones, el debate transmitido en vivo por varios canales, demostró calidad de argumentos, intercambio, escucha… Hubo importantes negociaciones y, a pesar de las capciosas mentiras, se retocó el proyecto original incorporando reformas en favor de los pequeños y medianos productores, no fue aprobado a libro cerrado. La presencia de 254 legisladores en la sesión, de los dirigentes de la Mesa de Enlace, las tribunas colmadas con unos y otros, las discusiones previas de intelectuales y especialistas en el tema, nos permiten celebrar el juego de la Democracia.

Ahora bien, tanto los medios que alentaban un cierto clima destituyente como la oposición rotulada “el campo” están ahora en problemas. Deben honrar lo sucedido (si es que verdaderamente no son golpistas). Deben respetar y hacer respetar el rumbo de la política económica impulsada por un gobierno popular que será ratificado por ambas Cámaras. Los primeros deben informar y enriquecer el debate cívico de la opinión pública, a veces descreída de la Democracia. Los segundos tendrán que someterse por fin a la voluntad de la mayoría tratando de que no se les note que se deleitan con la idea de voto calificado

El Gobierno ofreció una respuesta democrática al conflicto, más allá de los errores iniciales o de las tentaciones absolutistas, del análisis político que hizo a partir de la profundización del conflicto salió con “más democracia para la Democracia”, legitimando la idea de una intervención estatal que permita atenuar la concentración de la riqueza.

Ha sido un gran paso. Quizás en lo asuntos de la política hoy se este afianzando la etapa iniciada en el 2003. El malestar de algunos con delirios para presentar la acción como inconstitucional devela que les cuesta aceptar el juego de la Democracia. Ahora más que nunca sigue siendo necesario profundizar el cambio. El país tiene, todavía con su gente, sobre todo con los más humildes, muchas deudas pendientes. Sacarle el disfraz a la derecha golpista ha sido el mejor logro.