Reflexiones sobre la nota a Dora Barrancos, publicada en La Nación el miércoles 5 de agosto

Si bien Dora Barrancos es una investigadora e intelectual Argentina seria, responsable y con una trayectoria que permite ligarla directamente al conocimiento sobre la historia de las mujeres y del feminismo, creemos que en el artículo que ha salido en el diario La Nación sus dichos abstractos se rearticulan en el discurso antikirchnerista destituyente de ese diario, en el sentido en que lo plantea Carta Abierta: la nueva derecha "se viste con jirones de lenguas movilizadoras" (CA3). De este modo, la periodista –Laura Di Marco- utiliza los propios dichos de la investigadora para preguntas y cuestionamientos tendenciosos y que hasta desvirtúan los dichos de la propia entrevistada.

Sostenemos que frente a las estadísticas y programas en marcha, afirmar que la presidenta Cristina Fernández es ambigua y contradictoria es demasiado ambiguo y equívoco. Desde ya consideramos que se pueden pretender cambios importantes y una profundización de las políticas de género, pero sin desprestigiar su lugar de presidenta y acompañando su gestión desde propuestas que permitan este avance. Siempre hace y hará falta emprender aún más políticas en favor de las mujeres, pero creemos que el Consejo Nacional de la Mujer y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo están marchando hacia allí.

No podemos negar que el desempleo las afecta entre un 30 y un 40 por ciento más que a los varones y afecta relativamente más a las más jóvenes y a las de mayor capital humano comparadas con los hombres de esas categorías, una de cada cuatro mujeres se desempeña en puestos que subutilizan su inversión en educación, que las ocupaciones dominadas por mujeres (los servicios) son las más rezagadas en términos de retribución, y que el empleo en negro también las afecta más: casi el 60 por ciento de las ocupadas, incluido el servicio doméstico, no están registradas formalmente versus el 46,5 por ciento en el caso de los asalariados varones.

Sostenemos sin embargo, que la Argentina ha avanzado notablemente en materia de derechos humanos de las mujeres. En tal sentido, se han producido en los últimos cinco años, transformaciones imposibles de ignorar: se ha promulgado leyes como la de Parto Humanizado, Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, Programa Nacional de Educación Sexual Integral, Cupo Sindical Femenino, entre otras. Todas estas leyes incorporan la perspectiva de género dando respuesta a muchas de las inequidades naturalizadas por el sistema patriarcal aún vigente.


Asimismo, desde la gestión de Cristina Fernández, tanto el Consejo Nacional de la Mujer, como el INADI, han activado políticas de género claras. Solo por nombrar algunas:

- Campaña argentina por la equidad de género y contra la violencia

- Programa Nacional Mujer, Equidad y Trabajo

- Plan Nacional de y Capacitación, Asistencia Técnica y Sensibilización en el tema de la Violencia contra la Mujer

- Participación en la Comisión Tripartita Argentina para la Igualdad de Oportunidades y de Trato entre Varones y Mujeres en el Mundo Laboral


Una de las cosas más importantes que se ha logrado es que si bien desde septiembre de 2005 se encontraba aprobado, mediante el Decreto Nº 1086/05, el Plan Nacional Contra la Discriminación, cuya recomendación Nº 208 sugiere la creación de un Observatorio de la Discriminación en los medios de comunicación masiva, con el objetivo de ejercer un seguimiento y análisis sobre las formas y los contenidos de los medios estatales y privados, recién en marzo de 2007, se incorporó el Consejo Nacional de la Mujer y se conformó un grupo interinstitucional de trabajo sobre la base del intercambio de experiencias de cada organismo en materia de discriminación. De esta manera, se puso en funcionamiento el Observatorio cuyo propósito es debatir y analizar el tratamiento de dicha problemática en publicidades, promociones y programas televisivos y radiales.


Asimismo, el INADI ya está avanzando en una red de empresas contra la discriminación. Uno de los proyectos más ambiciosos que se están llevando adelante es el armado de una red de empresas por la diversidad, cuyo objetivo es concientizar a las empresas sobre la discriminación laboral por género y también por discapacidad y orientación sexual y contra la contratación de mano de obra infantil.


Por citar ámbitos histórica y estructuralmente machistas, en donde las cuestiones de género no entraban, en el ministerio de Defensa hay en ejecución una clara agenda de género. Por ejemplo, la ministra está asesorada por el Consejo de Género para el Ámbito de la Defensa, creado en 2007 que lo integran mujeres de las tres fuerzas y de distintas jerarquías, y representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil, de universidades y de otras entidades (la propia Dora Barrancos es o era parte del mismo)


Es real que algunos países de Latinoamérica; como México, Chile, Brasil y Costa Rica, cuentan con algunos avances para favorecer las políticas de discriminación positiva, permitiendo la inserción y la promoción de las mujeres en las corporaciones. Deberemos trabajar junto a ellos para continuar dicho camino.


Por último, queríamos discutir algunas de las categorías que se usan en el reportaje, ya que las consideramos poco valiosas para discutir la política: que IMITA a los varones, que quiere AGRADAR, que es ABUSIVA con otras mujeres, que se IDENTIFICA, que le FALTA EXPERIENCIA personal. Consideramos que esas descripciones no responden a un análisis de lo político, sino a un análisis que pertenece más al mundo de lo personal, de lo privado y de la psicología individual, por lo que deja afuera precisamente el ámbito público por excelencia, el político.


Justamente la lucha permanente de las mujeres ha permitido a la sociedad aprender a poner en términos públicos privaciones que la tradición patriarcal pretendía mantener en privado, pero usar la objeción a la persona como si fuera objeción general a su accionar y decisiones, que nos incumben a todas/os, es caer en el engaño y confundir. No hay características personales que se hagan públicas sin que de inmediato se plantee un conflicto y tratándose de la mujer política ese conflicto será de género: cualquiera sea la intención, estará atravesado por las lógicas del poder machista.


Por otro lado también Barrancos objeta el uso del término “poder” y propone su reemplazo por “potencia”, pero no aclara desde que concepción del poder parte para cuestionarlo, ya que no todos los conceptos son iguales (del poder). Deberemos entonces también debatir el uso del término potencia, que sabemos es utilizado por el discurso imperante a nivel mundial declarando la superioridad “natural” de quien la posee (un país es potencia económica, militar, etc.). El término potencia puede hacer referencia al futuro, pero como no remite a algo colectivo, puede surgir de una característica personal, casi natural. Las feministas nunca aceptaremos que el poder sea natural, no es una “potencia” de nadie, es siempre una construcción colectiva que requiere del otro para poder producirse.

Por último, a Cristina la critican porque tiene identificaciones masculinas e identificaciones femeninas, pero… ¿qué otra cosa puede hacer un ser humano? La ambigüedad es una nota fundamental de toda comprensión y política de género, porque vivimos en una cultura (patriarcal y machista) y la cultura no es como una blusa que la usamos cuando queremos, su cambio es una lucha larga.

Creemos que solo el hecho que una mujer sea presidenta supone un cambio cultural y es a lo que apostamos. A la historia nos remitimos… cuándo vimos un gabinete con 3 ministras y liderado por una presidenta???

Michel Bachelet también en sus comienzos armó su gabinete 50% Mujeres y 50% de varones, pero después de dos años de mandato no pudo sostenerlo y ahora hay más varones que mujeres. Nuestras historias muestran que a veces no se pueden mantener las posiciones ganadas. Las mujeres estamos ocupando y cambiando posiciones altas de poder en política sólo recientemente, y como siempre el modelo lo marcaron los varones. Todavía es prematuro saber si las mujeres vamos a innovar a fondo los estilos de gobernar, lo estamos probando.


“Esta mujer utilizó el poder que le fue otorgado y eso es desconcertante”, dice Marta Dilon refiriéndose a Cristina en un artículo que tituló “La soberbia espontánea” en marzo de 2008. Si el consenso sobre la valoración negativa –no ya del discurso sino de la persona misma- de la presidenta, dice Dilon, “fue tan fuerte y espontáneo, no se puede despreciar la perspectiva de género. Esa mujer se atrevió a desafiar con su discurso el sentido común más plano que se exhibió… en las movilizaciones “espontáneas”” de apoyo a los cortes de ruta. “Esa mujer, más allá de la valoración política de su discurso… utilizó el poder que le fue conferido y eso, todavía, es desconcertante” para muchos y muchas