para pensar, debatir, comprender

Fragmentos

“Quería salir de lo trillado, de las categorías blanco y negro, y trabajar la estética de la ambigüedad..Porque es muy cómodo decir el mal es ajeno y los represores son malos, hay que aceptar que ellos son parte de la sociedad, una sociedad que en cierta forma propició y es responsable de su aparición, hay que aceptar que el mal está dentro de nosotros también porque alejarlo es suponer que esas situaciones son extraordinarias cuando, en realidad, suceden todo el tiempo.”
Susana Torres Molina,“Radar” (4.04.2010)

“Argentina mira su historia no sólo para enjuiciarla, sino también para articular sus planes de futuro, donde la memoria fue experimentación del terror y ahora la sociedad coincide en que los protagonistas siguen en ella y que las consecuencias dejan huellas no sólo de culpabilidad, sino también culturales y sociales [...] No estamos discutiendo sólo el punto de vista penal de las condenas, sino también sobre un derecho propositivo y preventivo para evitar que las consecuencias de lo que pasó sigan violentando hoy la vida de las personas. Estamos viendo cómo comunicar sin prolongar la contaminación de violencia de la dictadura, para salir de la parálisis que pretende el terror, que golpea a uno para frenar a miles. Por eso, además de juzgar a los victimarios por las víctimas, hay que pensar en las mayorías, en las nuevas generaciones, a las que hay que contar esta historia con un criterio de lectura del presente. Los juicios deben servir para transformar la doctrina jurídica, por eso deben seguir articulados con todos los ejercicios de la memoria que se están haciendo. Lo jurídico no debe quedar en los juicios, sino ser dedicado a toda la sociedad”.
Gianni Tognoni, especialista italiano en políticas publicas

“desprecian profundamente la política y hasta subjetivamente funcionan como empresarios. Creen que todo en la vida es cuestión de marketing: de la personalidad ha quedado viva apenas la imagen, que se puede colorear a gusto sólo con ser anunciante en los grandes medios. A veces ni siquiera hace falta. Se impone la solidaridad de clase, la única forma de solidaridad que respetan. Con todo el gabinete alrededor, anunció su proyecto de encarcelar a trapitos y encapuchados. Nombró eso como «plan de seguridad», en un primer deslizamiento de sentido tan burdo, que sólo puede pergeñarse desde la sobreestimación de la propia impunidad.”
Sandra Russo, “Lo profundo en Macri” Página 12 del (3.04.2010).

“Se terminó el tiempo de los exterminadores del empleo, de los exterminadores del futuro. El tiempo ahora es el de los creadores de empleo y de futuro. No voy a permitir que el patrimonio nacional, sus reservas naturales y empresas públicas, sea dilapidado y partido en mil pedazos. Nunca entregaré la riquezas nacionales”.
Dilma Roesseff, candidata del PT a presidenta, en Sao Paulo, (11.04.2010).

“Escuché el discurso de Estela Carloto en la Plaza de Mayo el 24 de marzo último [...] El camino a la politización de los dirigentes de derechos humanos lo abrió hace muchos años Hebe de Bonafini. Estela Carloto no siguió esa ruta. Por el contrario, sostuvo la singularidad de su reclamo por los nietos apropiados durante la dictadura militar y consiguió, hasta hoy, 101 recuperaciones de identidad. A Carloto la ha rodeado una unanimidad de la que se excluyen sólo los sectores más recalcitrantes. Las cosas comenzaron a cambiar después del acto en la ESMA, en marzo de 2004, donde Kirchner, en un gesto de egolatría política típicamente suyo, se atribuyó el mérito, falto de sustancia para quien tuviera un poco de memoria no partidista, de que era el primer gobernante que hacía una reparación pública a las víctimas del terrorismo de Estado [..] ¿Era inevitable que esa reparación convirtiera en kirchneristas a quienes se habían mantenido independientes? A partir de ese momento, Bonafini siguió tronando contra todo, menos contra el Gobierno [...] Carloto, por su parte, se convirtió en la cara digna de los actos en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Estaba allí para aplaudir y sonreír a las cámaras (con esa moderada sonrisa que, años atrás nos cautivó a todos).”
Beatriz Sarlo: “La pesadilla circular”, en La Nación (31.03.2010).

“La autora sostiene que la politización de los dirigentes de derechos humanos fue una opción tomada por Hebe de Bonafini hace muchos años atrás y que la titular de Abuelas había elegido otro camino: el del reclamo por la identidad de los nietos. ¿Cómo logra Sarlo despojar lo político de esa búsqueda? sólo ella lo sabe. Madres y Abuelas de Plaza de Mayo nacieron politizadas, en el sentido amplio de la política. Han ocupado el escenario público antes y durante nuestra vida democrática, han animado la experiencia de muchos de nosotros, han participado en el seno de nuestras principales discusiones ciudadanas, han exigido siempre una justicia que privilegie derechos y no intereses corporativos como los de las fuerzas armadas golpistas, los de la patria financiera o los del poder de los monopolios mediáticos. ¿A qué lucha ascéptica se refiere Sarlo? Unos y otros organismos de derechos humanos han crecido junto a la democracia [...] Es cierto, sus posicionamientos no fueron los mismos, pero nunca lo hicieron despreciando la política [...] Sarlo está mirando para otro lado cuando dice que los derechos humanos son un «acuerdo de civilización» en la sociedad argentina: se olvida de las declaraciones del Tigre Acosta, de Julio López y de los jueces que fallan a favor del ocuiltamiento de la verdad en el caso de Ernestina Herrera de Noble.”
Ana Laura Herrera (Red de Mujeres con Cristina): “No tenemos las mismas pesadillas” (2.04.2010).

“Es ìmposible tomar las palabras de Sarlo, como sólo palabras de Sarlo [...] Tengo 34 años y desperté a la política el día que Nestor Kirchner hizo descolgar en la hoy ex ESMA un cuadro de uno de los represores más siniestros de nuestra historia. Fue muy difícil para mí leer ese gesto, fue raro, ambiguo, cargado de enormes significados, me parecía una actitud demagógica, oportunista, valiente, jugada, autoritaria, reparadora, democrática, representativa. [...] y salí abuscar respuestas a todos mis interrogantes. ¿Cacerolas? ¿Leche derramada? ¿Rutas cortadas? ¿Chetas indignadas? Yo misma me empecé a cuestionar [...] La palabra política empezó a sonar cada vez más fuerte en mi cabeza, en mis pensamientos, en mi comprensión estructural. Empecé a resignificar mi realidad, los jóvenes ya no eran jóvenes, eran militantes, los desaparecidos no eran jóvenes desaparecidos, eran miltantes desaparecidos, los militantes no luchaban en contra de la política sino por mejores políticas, y así fue creciendo mi necesidad de reivindicar, recuperar, retomar la lucha de quienes hoy reconozco como compañeros [...] hay algo clave, fundamental, que permite que hoy todo esto sea posible y para esto vuelvo al principio. Un día Nestor Kirchner hizo descolgar el cuadro de uno de los represores más siniestros de nuestra historia. Y lejos de ser una acción demagógica, autoritaria u oportunista fue una clara manifestación de una fuerte voluntad política por recuperar nuestra identidad [...] Yo me apoyo en las palabras de las abuelas de plaza de mayo. Beatriz Sarlo apoya sus palabras en las páginas de Clarín y La Nación, Ambas tenemos la libertad de elegir.”
Emilia Bonifetti (Red de Mujeres con Cristina): “El regreso de los muertos vivos” (2.04.2010).

“Estamos logrando atravesar la malla mediática que había en nuestra contra, de a poco pero persistentemente, y eso es muy notable, sobre todo entre los jóvenes. [Cambió] un conjunto de cosas: un gobierno que tiene un proyecto de país muy sólido, que a nuestra izquierda no hay absolutamente nada, que lo que está afuera es la derecha y los ’90. Que Cristina día a día habla con mucha convicción , y está generando una convicción mayor de aquello más confuso que había en algún momento. Pero son esas perforaciones en la «malla mediática», con 6 7 8; Facebook, los cuadros que están construyendo en el territorio, un conjunto de expresiones que hoy tienen mayor convicción que hay un proyecto sólido. Te puede gustar o no, y así es la política, pero lo que vemos frente a nosotros [...] no tiene consistencia política.”
Juan Abal Medina, Vice Jefe del Gabinete de Ministros (2.04.10).


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