aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

lunes, 16 de febrero de 2009

OPONERSE NO ES ODIAR

Muchas veces las críticas a Cristina como presidenta que publican los medios reflejan un odio incomprensible, que apunta solo a la vida privada y a sus características como persona. Pero no se trata de lo que Cristina es ni como se viste, sino del proyecto político que encabeza. Eso es lo que nos interesa discutir. Nuestro intento es situarnos en el plano de lo político y no de lo privado, ya que la política es siempre vida pública, es la vida de todos y no de unos.

Pensamos que es un momento inaugural, es necesario que las mujeres podamos ser innovadoras en cuanto imponer otro estilo de hacer política: reconocernos como mujeres activas y trabajar junto a otros para fortalecer la democracia. En este sentido, recuperar la política implica recuperar la discusión pública, el debate, incorporar el desacuerdo.

Nos preguntamos: ¿Por qué se estimula el odio a Cristina y qué función cumple? El odio refiere a una pasión, emoción violenta, aversión, fanatismo, fundamentalismo, que en todos los casos conduce a la intolerancia, al rechazo del otro, y eso va en contra de la vida en comunidad. Si el odio se incluye en la serie de las pasiones, entonces, no es concebible como categoría política.

El odio como pasión va de la mano del amor (ambivalencia). Tal vez no le perdonen que sea mujer, peronista, inteligente y para además elegida democráticamente por la mayoría popular. Tal vez algunos no le perdonen que esté haciendo algo distinto, que apunte a disminuir la pobreza y que quiera implementar políticas redistributivas del ingreso (si ladran es porque cabalgamos, decía Don Quijote a su escudero)

Por otra parte esto nos lleva a pensar en el poder de los medios de comunicación. Un poder que es económico, monopólico y, finalmente, político, por el cual las grandes empresas periodísticas tienen la hegemonía de la información, expresan un discurso único siempre funcional a determinados intereses que no son los de las mayorías. Es cierto que aunque los medios imponen, no podemos dejar de lado la otra cara del asunto, que es la responsabilidad del que escucha. De lo contrario, caemos en la victimización y subestimación del ciudadano, puro receptor pasivo y manipulable.

Y si bien, la categoría “gente” no es más que un constructo mediático que sirve para instalar temas y generar opiniones, muchas personas adhieren y comparten posturas sostenidas y fagocitadas desde los discursos mediáticos. La idea de poder que suscriben estos discursos está sostenida en lo que es el poder para el realismo político: imponer, someter, dominar. Esto produce necesariamente como efecto, la desaparición de la política en el sentido de participación ciudadana, en el sentido de democracia como gobierno del pueblo.

Sostenido en la idea de Hanna Arendt de “juicio reflexionante”: el poder es potencialidad ciudadana, es decir, supone la posibilidad de pensar con otro en una búsqueda de lo racional desde las diferencias, teniendo como horizonte la concertación en un diálogo reflexivo en el que mi punto de vista se modifica junto con la modificación del punto de vista del otro, al que reconozco como par.

El desafío de instalar nuevas lógicas y prácticas políticas que fortalezcan la participación, la tolerancia, el respeto, la democracia, supone un camino trabajoso, una búsqueda permanente sin punto de llegada. Frente a la provocación, respondemos con la participación, proponiéndonos el desafío cotidiano de hablar y escuchar, debatir, vigilar y controlar como modo de resistencia y práctica política.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En total acuerdo con lo expresado en el último párrafo, quiero invitarlos a leer el artículo de la sección Opinión del Pag 12 de ayer: "Sacudones en el verano", por Eduardo Aliverti.

Anónimo dijo...

Estimadas compañeras,

muy buen análisis del tema... Yo pienso que peor que ser odioda sería ser ignorada. Y eso Cristina lo ha evitado plenamente...

¿Se imaginan una situación en que la gente fuera absolutamente indiferente a lo que hace o deja de hacer la presidenta? Ese sería un gravísimo problema de vaciamiento de poder.

En el caso de Cristina estoy convencida de que su estrategia política (como la de Néstor) es llevar con mano firme las riendas, ser el centro de las mitradas, de la atención y de los comentarios: los argentinos SABEMOS que tenemos PRESIDENTA, les guste a algunos y no les guste a otros.

Me parece una excelente estrategia de pegarle al machismo -a veces negado o disimulado- que tiene la mayor parte de los hombres, sean o no políticos.

Un abrazo.


discusión política nodo Rosario