aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

lunes, 2 de agosto de 2010

Para pensar, debatir, comprender

Fragmentos

“¿El fuego de la militancia?, ¿qué es la militancia?, A ver, pensemos todos si queremos seguir diciendo militancia, a ver, propongo, tiro así: militar es militar, un militar, hay algo de estructura, hay algo de verticalismo, hay algo de jerarquía y hay algo de corporación de milico. Las palabras son muy importantes y cómo, los que hemos militado en otro momento las hemos usado, y no es que nos fue como nos fue, ni nos pasó lo que nos pasó porque usamos esas palabras sino que, reemplazar esas palabras y resignificarlas me parece importante, bien, a partir del contenido, ¿dónde lo haces en el campo universitario o en el campo social?, para ser entendido por los excluidos, para que te escuchen y te entiendan en esa resignificación, ¿la trabajás con los excluidos o no?”
Liliana López Foresi (periodista ausente excluida de la TV a nivel nacional durante veinte años) hablando con militantes jóvenes, Canal 26, (26.07.10)

“[Volví a trabajar en Argentina hace poco] en parte por razones familiares, pero además porque desde afuera, en los últimos años, se veía un cambio muy importante en la ciencia argentina y de repente aparecía la posibilidad real de poder trabajar razonablemente bien desde acá, con insumos, con infraestructura, con dinero. Si uno puede trabajar bien desde su propio país, ¿para qué se va a quedar afuera?”
Noelia Weisstraub, bióloga investigadora del CONICET (26.07.10).

“En el país hubo un momento donde quedaba claro que el enemigo no era el rock, sino que quedó atrapado en la barrida que armó la dictadura cuando quiso poner orden. El enemigo era sin duda el militante político. Entonces, se los podía dejar que asistieran a un recital y que se drogaran, porque drogados no toman conciencia de lo que pasa... No hay que olvidarse que la militancia política en los 70 no quería tener nada que ver con el rock. El rock funciona como emblema, o sea como identificación, los discos, las remeras, la ropa que sirven para sentirte que no sos como todo el resto. Con el tiempo, el rock dejó de ser algo marginal, aquello que no se escuchaba en la radio, para pasar a ser algo masivo. Cuando uno empezó a escuchar Queen, jamás se imaginó que veinte años después Macri cantaría sus temas. Como tampoco me imagino a Macri en el BA-Rock escuchando a Color Humano.”
Diego Capusotto, hablando de rock e historia política, Rev. Ñ, (10.07.2010).

“La capacidad innata que tiene la población argentina de sobrellevar problemas. Eso es un dato muy importante. Nosotros hace poco tuvimos una crisis tremenda. Todos los analistas internacionales tenían el peor de los diagnósticos. Recuerdo haber leído informes internacionales que pronosticaban varias generaciones viviendo en el pantano al que llegamos en el 2001. Con mucho dolor, esfuerzo y contradicciones, todo fue más rápido. Hemos encontrado soluciones muy creativas, que a veces, sociedades muy estructuradas, no encuentran con facilidad en crisis tan grandes. También uno empieza a destacar algunos defectos: ese espíritu argentino que oscila desde el optimismo fanático hasta la depresión más profunda. Eso tan adolescente que tenemos. Es una característica muy propia nuestra, igual que la relativización de todo. Es pensamiento muy parroquial. Pero después nos damos cuenta (para eso hay que romper con esas fronteras o límites internos) de que muchas de nuestras cosas son muy parecidas a lo que se ve en otros formas, con otros lenguajes, pero con muchos matices. […] Es que el barrio es un poco más grande. Es que el barrio no tiene límites, va de un confín a otro y termina siendo como las pasiones: son todas bastante parecidas en distintas partes del mundo”.
Carlos Piñeiro Iñíguez, Historiador, autor del último trabajo sobre ideas de Perón, (12.07.10).

“Lo predominante no fueron las desapariciones al estilo de la represión argentina, porque Franco fusilaba. Por supuesto que los acusados no tuvieron un juicio justo, pero no hay mayores misterios. Los investigadores registramos los asesinatos. Conocemos sus nombres. Escribimos libros. Por lo menos hay registrados 50 mil asesinatos después de la Guerra Civil. ES una enormidad. Y la decisión de Garzón funcionó como un modo de hacer más visible ese tema. Lo atacan porque dicen que es un juez-estrella. Pero es su forma de que las cosas aparezcan en la superficie. Y, más allá de Garzón, una sociedad no puede vivir para siempre entre miles de muertes del pasado y en medio del silencio. Las muertes siempre merecen una retribución jurídica y política”
Julián Casanova, Historiador español sobre el franquismo, (14.04.10).

“Potencia emancipatoria del autodidactismo, que no se pide ni se mendiga y no depende de nada ni de nadie; sólo se ejerce. Proletarios que en las noches en vez de dormir, como sería lógico y biológico, toman lo que no les corresponde y vulneran así un límite preciso [...] Pues se prevé que los obreros luchen por mejoras en las condiciones de trabajo, que hagan huelgas por un aumento del salario, y que a lo sumo canten canciones revolucionarias; no que además de todo ello quieran convertirse -y en efecto lo hagan- en escritores y filósofos.”
Diego Tatián, Comentario de “La noche de los proletarios” de Jacques Ranciere (17.07.10)

“Los dramaturgos políticamente comprometidos, explica, han considerado históricamente al espectador como una entidad pasiva y desvalida a la espera de la iluminación provista por la obra. Soñaban con explicarle a las masas la verdad de las relaciones sociales y los medios para luchar contra la dominación capitalista. “Esta es la lógica del pedagogo embrutecedor, la lógica de la transmisión directa de lo idéntico: hay algo, un saber, una capacidad, una energía que está de un lado- en un cuerpo o en un espíritu- y que debe pasar al otro” [...] Ser espectador no es una condición pasiva que es necesario modificar sino una situación normal más cercana a los actos de narración y traducción. En efecto, cada uno de nosotros, enfrentados a un texto, una pintura o una performance, elaboramos y desarrollamos estrategias particulares que nos permiten al mismo tiempo construir y apropiarnos de nuestra propia historia”
Fernando Bruno Comentario de “El espectador emancipado” de Jacques Ranciere (17.07.10).

“Digo “en esta modernidad ese auge de la religión es parte del sistema”. El problema es que no ayuda mucho el hecho de que sea un período donde las dinámicas, instituciones, condiciones, subjetividades que se construyeron activamente como nacionales a través de varios siglos, ahora se van desnacionalizando. En parte, también, como un proyecto activo de construcción de la desnacionalización, y como una función de la decadencia de lo nacional [...] Por un lado, la ciudad global es la forma extrema hoy. Pero también hay otros niveles, pequeñas ciudades globales, elementos de autonomía que entran en la ciudad global. Pero es una autonomía que puede tener significados negativos: el gran poder de los actores económicos, los sistemas financieros, las grandes multinacionales, entre otros.. La ciudad global tiene una función económica productiva que es el proyecto del neoliberalismo, y tiene una función política como un espacio donde resisten las minorías, incluso si son ricos. Los negros, los inmigrantes, los ilegales, los artistas pueden ejecutar su proyecto político”
Saskia Sassen, socióloga holandesa con trabajos en Argentina (17.07.10).

“Por un lado, se podría decir que una de las razones de ser de un Estado democrático es la protección de los derechos humanos de los ciudadanos. Por el otro, debemos ser capaces de defender los derechos humanos de los ciudadanos. Si el estado no puede proveer tal defensa, ¿qué hacemos? Es una cuestión de los derechos de quienes no pertenecen a ningún Estado y están implicados en acciones de guerra, pero también es cuestión de los indocumentados cuyos derechos humanos también deben ser protegidos. Si solo consideramos como merecedoras de derechos a aquellas vidas que representan al Estado- nación, estamos definiendo tácitamente al ser humano en su relación con su pertenencia a un Estado. Cualquiera que sea el significado de “humanidad”, es evidente hoy que la violencia estatal destruye los derechos “humanos”. Quien es un “ser humano” es una cuestión que surge de manera urgente por fuera de la ciudadanía como tal y en el límite del poder del Estado, y la manera en que resolvamos esta cuestión tendrá claras consecuencias sobre cómo pensamos la estatalidad y sus derechos. Quizá tengamos que poner entre paréntesis el poder del Estado para comenzar a repensar lo humano en su totalidad”
Judith Butler, teórica feminista estadounidense, (24.07.10).

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10 comentarios:

Laura dijo...

Hay algo de correspondencia entre los fragmentos de Liliana Lopez Foresi y el de Tatian. Pues una nueva "militancia" implica pensar una nueva idea de la politica, implica tomar la politica como experiencia de emancipación, en la que uno, junto a otros, se toma lo que pareciera que no le corresponde, que le está negado. Esa es la potencia de estos días, somos muchos los que hace un tiempo comenzamos a animarnos, tomar la palabra, hacernos oir, hablar con más y construir nuevas posibilidades de mundo compartido.

Romina Vilaboa dijo...

Ninguna Sociedad puede esconder bajo la alfombra su pasado, debe tener Memoria para saber de dónde viene y hacia dónde quiere avanzar. No es tener rencor, es querer mejorar. Por eso creo que Garzón visibiliza, no solo lo que pasó durante el franquismo, si no que visibiliza a una parte de esa Sociedad que huye de su propia Historia.

Lina Szwarc dijo...

Me parece interesante el comentario de Lopez Foresi, hace tiempo que me da vueltas en la cabeza esa palabra, que me hace "ruido" como se dice ahora, y creo que en alguna oportunidad lo comenté. No me gustan la guerra ni las armas, pero dado el modelo de República y Estado Nación vigentes, no tengo nada en contra de los militares como institución, siempre que formen parte subordinada de una República Democrática. Pero lo que no me gusta, es el traslado de la palabra a la esfera de la política, porque de esa manera traslada la lógica de la confrontación, de la contienda, propios de las prácticas militares, en vez de la negociación, el diálogo y la convivencia con lo diverso. Resuena a una cultura de lo político que no promueve la práctica democrática, no porque no exista conflicto en la democracia, pero éste siempre debería darse dentro de los márgenes de la ley. Es decir, el conflicto puede viabilizarse de dos modos, a través del debate democrático (dentro de la ley), o mediante la confrontación violenta. Me parece que la palabra-idea de "militancia", alude mucho más a lo segundo que a lo primero.

El segundo defecto que le encuentro a esa palabra, es que tiende a reforzar la segmentación de los definidos militantes respecto del resto de la sociedad, puesto que los dota de algún tipo de profesión, de la que no participan otras personas, aún cuando éstas participen de otras instancias de acción en lo social. La identificación amateur del militante, diferente de la del político profesional, se diferencia igualmente de la acción de los ciudadanos no alineados en los agrupamientos políticos tradicionales. Y quizás de esta manera tienda a reforzar cierta idea de elite o vanguardia de quienes se definen como militantes, marcando un alejamiento respecto de las prácticas de la gente, ¡Porque al denominarse de ese modo, el militante se percibe a sí mismo diferente! No como uno más que se desprende de su comunidad, sino como un tipo diferente de persona, como si estuviera hecho de otra sustancia.

Me pongo a pensar entonces en una palabra alternativa, porque entiendo que las palabras reflejan prácticas, pero su densidad opera del mismo modo en aquellas prácticas que le dieron origen. Se me ocurre que pensar en la participación (política y social), en "el" participar, unifica la acción de una doña rosa que se anima, con la de los apasionados amateurs que hacen de esa práctica algo casi pre profesional. Es una palabra democrática por excelencia, porque todos pueden participar, todos pueden hacerlo. Y se trata de un verbo, focaliza sobre la acción más que sobre alguna aparente sustancia de ciertas personas.

Lau dijo...

Que interesante Lina! vos decís que la palabra "militante" optura la posibilidad de ver detrás de ese compromiso político gente común, parte de la sociedad que labura, tiene hijos y que elige un determinado ámbito de acción, pone a la política lejos, como una actividad de otros, más preparados, que asumen determinada organización, etc, etc
Como dice el fragmento del historiador, los argentinos somos de encontrar alternativas creativas a las cosas, nuevas salidas impensadas a los problemas. Quien te dice, quizás impulsamos una nueva manera de nombrarnos, aunque a mi me gusta (y a veces no tanto) reconocerme como militante

Lina dijo...

seguro Laura
supongo que te gusta nombrarte como "militante" porque como toda palabra, esta también es polisémica, de lo que se desprende que no todo sería negativo en torno a los significados que la palabra-concepto contiene. Entonces, estaría bueno que explicitaras cuáles son los significados que rescatás de aquella palabra, qué significado considerás que SOLO ella puede transmitir o graficar, y que ninguna otra lo podría hacer mejor, es decir reflexionar acerca de porqué sentís o pensás que esa palabra realmente te "identifica".

Anónimo dijo...

Uy!, no tengamos miedo a las palabras.
Somos palabra, somos eso que decimos. Uno no se puede revestir de palabras que no son suyas, simplemente, porque somos eso:Palabra. Y somos de una cultura determinada.
Digo esto simplemente porque siento como una necesidad de limpiarlas y darle brillo a determinadas palabras como militancia, política,compromiso, trabajo de base, Y la necesidad de corregir otras como Proceso (esta palabreja eufemística dada a la dictadura. Y eso otro de repetir que todo lo que es del Estado es corrupto, etc...
Creo que por acá yo hablaría de militancia y que no tiene nada que ver con milica...y menos de separarse del pueblo.
Tere

Nora dijo...

Otros significados de militancia: los sueños compartidos, la utopía, el trabajo colectivo, los compañeros, el hacer con el otro, la formación politica, las ganas de cambiar el mundo, el dar la vida el tiempo y el cuerpo por los demás, los valores solidarios, el pueblo, nuestra historia.....
Nora

Ana Laura dijo...

Me gustan los aportes de Nora y Tere, es cierto: la palabra militancia sobre todo remite a todos los compañeros, los que estan y los que nos quitaron, que ponen y pusieron el cuerpo en la polìtica.

A veces me suena raro decir que yo milito, debe ser por la historia y la carga que tiene esa palabra. Quizás no se trate de cambiarla sino de resignificarla y cargarla de un "nosotros" nuevo, con memoria y futuro

Gracias Compañeras!!!

lina dijo...

reflexionar sobre las palabras no es tenerles miedo, sino respeto, porque como mencioné en un comentario anterior, las palabras nos reflejan pero a la vez nos modifican, en un ida y vuelta. sin ser peronista, puedo decir que por todo lo que se dijo antes, prefiero la palabra "compañer@"...

Daniela Godoy dijo...

Asumirse como militante juega fuerte en un contexto en el cual, desde antes de la década del 90, se despolitizó la sociedad en la que vivimos. Los discursos que legitimaron el vaciamiento del Estado, usaban la fórmula estatal= ineficaz,por ejemplo. Repetida hasta el hartazgo, fue comprada por gran parte de la sociedad que poco resistió el desguace no sólo de las empresas públicas, sino la destrucción de las posibilidades de trabajo de miles que no pudieron reinsertarse más. Pueblos enteros fueron calificados de inviables para el capital privado y así, abandonados a su suerte. Otra "verdad instalada" fue, claro, la corrupción de la política. Ejemplos particulares fueron tomados como la prueba irrefutable.Entonces, resultó que dedicarse a la política era hacer el negocio personal, y se extendió esto hacia atrás, tramposamente, ensombreciendo y alejando, de paso, toda la militancia anterior. En vez de militantes en los partidos se impuso el "yuppie"; paralelamente, en los medios de comunicación la "gente", como ese sujeto que enuncia un sentido común que en realidad es la línea editorial de una empresa periodística.
Los que se decían ajenos a la política ganaban elecciones por ser empresarios, como si no hubieran siempre dependido de políticas estatales que garantizaran el éxito de sus negocios. Y se compró bastante bien la mercadería...
Hasta que, se logra romper ese entramado, o ese entramado se agujerea siempre, y aparece la política que se asume acción transformadora, que habla de valores, de compromiso, que se dice militante para explicitar su vocación, que habla en términos de pueblo y no de "gente", que debe seguir inventando y dando pelea,que recoge herencias y las modifica, que pelea justamente, desde lo simbólico!
En medio de todas estas batallas y creaciones discursivas estamos.


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