aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

jueves, 6 de agosto de 2015

Para pensar, debatir, comprender.

Fragmentos.


cuando hablamos de inclusión, no estamos hablando únicamente de los sectores vulnerables, de los sectores de la AUH o de la AUH por Embarazo, no estamos hablando de eso; cuando hablamos de inclusión, hablamos de una cosa mucho más amplia, porque la inclusión incluye, fundamentalmente también, al sector empresarial, todos han sido incluidos. Hoy hay empresarios que no eran empresarios en el 2003; hoy, hay grandes empresarios que en el 2003 eran pequeños o medianos empresarios; hoy hay comercios o cadenas de comercios que estaban casi fundidas en el 2003 por el auge de los importados y hoy no se cansan de abrir sucursales a lo largo y a lo ancho del país porque hemos tenido una administración de comercio que ha privilegiado la industria nacional, el agregado de valor aquí en la Argentina en todas las actividades. Cuando hablamos de inclusión, hablamos de eso, de la inclusión de todos. Es más, sostener la inclusión de los de más abajo, es sostener la producción y el trabajo de los empresarios. ¿A quién le venden los televisores? ¿A quién le venden las computadoras? ¿A quién le venden los alimentos?
    Cristina Fernández, al cierre de la reunión del Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, 21/07/15

En el sentido de que los adultos les estamos dejando a los jóvenes un mundo bastante espantoso. Los jóvenes de los setenta imaginábamos un mundo diferente al actual. Y en definitiva fuimos derrotados en nuestros sueños, o nos equivocamos. No sé qué fue lo que pasó. Lo concreto es que hoy hay un mundo horrible, que castiga a los jóvenes, que los segrega. En todas partes, los jóvenes son las primeras víctimas. En las guerras, en las represiones, en los planes de ajuste... Si en los sesenta queríamos cambiar el mundo, en los noventa los jóvenes querían entrar al mundo (…) Los sueños son a la medida de cada época. A nosotros, los que transitamos las décadas del sesenta y del setenta, nos parecía que el socialismo estaba al alcance de la mano. Durante el gobierno de Salvador Allende, que fue al último presidente que voté porque después me vine para Argentina, donde sólo voto para cargos municipales, uno sentía que Chile era el centro del mundo. La experiencia socialista chilena era única en el mundo. “La vía pacífica al socialismo”, era el slogan, que se estaba convirtiendo en realidad. Entonces, lo jóvenes nos sentíamos protagonistas de la historia, sentíamos que Latinoamérica estaba cambiando el mundo, que íbamos a cambiar la sociedad de consumo, a la que veíamos como una amenaza. Hoy los sueños son otros, a la medida de cada generación. El arte es una vía pacífica hacia una sociedad mejor. Cuando uno ve la cantidad de jóvenes estudiando arte, expresándose artísticamente, se reconforta. Tal vez haya en el arte una vía posible de humanizar más al mundo.
              Patricio Contreras, actor chileno, 7/07/15

Hay una gran frustración frente a alguien que prometió cambiar el país y no lo ha hecho. Humala ganó como un candidato progresista, pero el suyo es un gobierno de derecha, de continuismo del modelo económico neoliberal. El gobierno de Humala es una tragedia por su traición a las propuestas de cambio. Además de traicionar su programa, Humala ha sido un presidente ineficiente, que no ha podido gestionar bien el Estado (…) En su política exterior, como en la política interna, Humala también ha hecho todo lo contrario a lo que ofreció. En su programa estaba el fortalecimiento de la integración regional y dejar a la Alianza del Pacífico solamente como una asociación económica no prioritaria, pero, en lugar de eso, ha fortalecido su relación con la Alianza del Pacífico y reiterado su sociedad estratégica con Estados Unidos.
    Alberto Adrianzén, sociólogo, analista político peruano, 29/07/15

Tenía un poco más de 12 años, había tocado en el Colón y Perón me había dado una cita en la residencia presidencial (…) Mamá preguntó si podía acompañarme y le dijeron que sí, por supuesto. Yo no era muy peronista; me acuerdo de que siempre estaba pegando por todos lados papelitos que decían ‘Balbín-Frondizi’. El nos recibió y me preguntó ‘¿y adónde querés ir, ñatita?’ Y yo quería ir a Viena, para estudiar con Friedrich Gulda. A él le gustó que no quisiera ir a Estados Unidos. Lo más cómico fue que mi mamá, para congraciarse, le dijo que a mí me encantaría tocar un concierto en la UES. Y parece que yo debo haber puesto una cara bastante reveladora de que la idea no me gustaba porque Perón le empezó a seguir la corriente a mamá, diciéndole ‘por supuesto, señora, vamos a organizarlo’, mientras me guiñaba un ojo y, por debajo de la mesa, me hacía con un dedo que no. El la estaba cargando a mamá y a mí me tranquilizaba. Se dio cuenta de que yo no quería. Fantástico, ¿no? Y le dio un trabajo a mi papá. Lo nombró agregado económico en Viena. Y a mamá le dijo que le parecía que ella también era muy inteligente, emprendedora y capaz y le consiguió otro puesto en la embajada.(…) Supongo que en el fondo, aunque mamá no era tan crítica con el peronismo como papá, porque estaba de acuerdo con algunas de las cosas que había hecho Perón, como la jubilación, el voto femenino o que los trabajadores del campo fueran tratados con mayor dignidad, a ninguno de los dos le hizo mucha gracia que yo pudiera ir a estudiar y que ellos consiguieran trabajo en el exterior gracias a Perón.
    Martha Argerich, pianista argentina, 17/07/15

Aníbal Fernández, al que no conozco sino por sus dichos, hechos y escritos. Y por sus flagrantes enemigos. Y con eso –por ahora– me alcanza y sobra para estar de su lado. (…) Aníbal me gusta y me identifico en gran parte con él porque es el último jauretcheano. (…) Aníbal es informal (por coloquial) en la expresión, pero riguroso en el concepto y las ideas simples (pero no ingenuas). (…) me gusta por tener todo eso que uno no tiene (y tantos otros carecen) que es la genuina vocación política. Porque uno, como la mayoría, lo que tiene son opiniones políticas –convicciones incluso, si se quiere– pero no vocación. Energía para dedicarse, para pelear cotidianamente, para lidiar las desgastantes batallas diarias sin perder de vista el sentido general de la guerra. Está hecho con esa (extraña) madera. No pasa por ahí de vez en cuando a ver si moja un cargo, a ver si se le da, y si no vuelve a la empresa o a la vocación artística o deportiva. Me revientan los políticos ocasionales. Y por eso me gusta de Aníbal su condición de político pleno, asumido, vocacional. La política es su hábitat y no entra y sale de ella según las coyunturas sino que vive por y para la política. Y porque sabe que hacer política es trabajar desde las convicciones para modificar la realidad y arrimarla a lo que uno cree que debe parecerse; y que para eso hay que plantearse la cuestión del poder. Y –en esa dirección– la posibilidad del acceso al gobierno como instrumento para pelearle los espacios al poder real.
    Juan Sasturain, “Aníbal, zoncerólogo sin mordaza”, Periodista y Escritor
    3/08/15

Que es necesario revalorizar las voces de las mujeres que resisten, escuchar lo que dicen, privilegiar sus decisiones autónomas con el acompañamiento del Estado y también de cada uno y cada una que si antes miraba para el costado ahora tiene que saber que no puede hacerlo más. Y que la libertad de unas abre espacios para todos. El desafío es correrse del gesto y poner palabra y acción ahí donde antes había indiferencia. Fortalecer las herramientas que se han creado en los últimos años –en materia de educación, en los grupos de mujeres que reflexionan sobre sus vidas o activan para generar horizontes mejores, en materia de leyes y de asistencia– y reconocer las propias prácticas. Nos importan las muertes de las mujeres, pero sobre todo nos importan sus vidas, sus trayectorias, sus historias, sus voces. Importan vivas, libres y autónomas.
    Marta Dillon, “Más allá del gesto”, periodista, 1/06/15

No se puede abrir ya un periódico o una revista sin encontrar en ellos relatos de los acontecimientos de España. ¿Cómo podría todo eso no ser superficial? En primer lugar, una transformación no puede ser correctamente valorada más que en función de lo que aporta a la vida cotidiana de los que componen el pueblo. No es fácil penetrar en esa vida cotidiana. Por otra parte, cada día trae algo nuevo. Y, además, la coacción y la espontaneidad, la necesidad y el ideal, se mezclan de manera que llevan una confusión inextricable no sólo a los hechos, sino también a la propia conciencia de los actores y espectadores del drama. (…) No es cierto que la revolución corresponda automáticamente a una conciencia más elevada, más intensa y más clara del problema social. Lo cierto es lo contrario, (…) los principios pierden toda medida común con las realidades, cualquier criterio en función del cual se puedan juzgar los actos y las instituciones desaparece, y la transformación social queda entregada al azar. (…) A lo sumo, se pueden expresar algunas impresiones, sacar en claro alguna enseñanza.
    Simone Weil, Escritos históricos y políticos, ed. 2007, filósofa y escritora francesa, militante de la resistencia     antinazi, (1909.1944).

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