aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

viernes, 22 de marzo de 2019

Para pensar, debatir, comprender

Fragmentos.


Dentro de 20 días, el 9/12, se cumplen 3 años exactos desde que el neoliberalismo se ha instalado en nuestro país. Tenemos un gobierno que culminó el 9/12/15 al que caracterizaban como populistas. A 3 años el neoliberalismo ha vuelto a endeudar el país. Nadie puede negar al gobierno que culminó el 9/12 que fue el único que desendeudó a la Argentina (…) Este neoliberalismo ha servido para romper los lazos de solidaridad, pero fundamentalmente para que la gente no pueda identificar adecuadamente lo que le conviene en materia de gobierno y de políticas gubernamentales (…) Debemos acuñar una nueva categoría de frente social, cívico, patriótico, en el cual se agrupen todos los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberalismo. Que no es de derecha ni de izquierda (…) La falta de trabajo debe ser buscada no en lo inmigrantes, sino en las políticas públicas que se han implementado. Cuando se agota la argumentación del capitalismo comienzan a surgir los movimientos de extrema derecha que tratan de justificar los problemas encontrando culpables.
Cristina Fernández, 19/11/18

El sistema montado para la guerra jurídica o lawfare, orquestado por Washington, quedó muy expuesto con la aparición de Marcelo D’Alessio (…) El lawfare empezó con una serie de congresos, seminarios y encuentros que organiza el Departamento de Justicia de los Estados Unidos con funcionarios judiciales de la región. Bajo el título de combatir al terrorismo, al narcotráfico o al lavado de dinero, se discute la forma de forzar las leyes para saltearse garantías constitucionales. Pero estos mecanismos no se han aplicado contra terroristas, narcos o lavadores, sino para perseguir a dirigentes opositores o movimientos populares que puedan convertirse en obstáculo para las políticas norteamericanas en la región. No hay terroristas presos, ni narcos presos por estas acciones y mucho menos lavadores. Lo que hay son presos políticos como Lula o como Milagro Sala. La trama es tejida por los servicios de inteligencia, es difundida hasta la saturación por las corporaciones multimediáticas y convertida en causas judiciales por jueces y fiscales parcializados y cooptados (…) Los mensajes que intercambia D’Alessio son difíciles de explicar fuera de un armado de ese tipo. El fiscal Carlos Stornelli, el periodista Daniel Santoro, las diputadas Elisa Carrió y Paula Oliveto y la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich lo tutean, le piden favores, lo tratan con respeto y hasta con afecto, en ningún momento hay desconfianza (…) culpan al juez Ramos Padilla de parcializar la acusación. No discuten la prueba, sino que tratan de demostrar esa parcialidad porque el juez asiste a las marchas del 24 de marzo. El mismo día que el juez declaraba en el Congreso, Patricia Bullrich, funcionarios del Departamento de Justicia de los Estados Unidos y jueces y fiscales argentinos participaban en una reunión en la embajada norteamericana. Para esta gente es natural asistir a las actividades polémicas que realiza la embajada norteamericana sobre temas judiciales, pero es cuestionable asistir a una marcha por los derechos humanos.
Luis Bruschtein, “La mafia”, periodista, 16/03/19


Niego honor de mi padre ya que no me consta el honor de una persona con condena judicial firme por crímenes de lesa humanidad. Pero sobre todo niego que repudiar crímenes de lesa humanidad constituya un accionar ilegítimo que acarree consecuencias patrimoniales. Niego que repudiar tales hechos aberrantes constituya causa de indignidad (…) Solo estoy haciendo preguntas, y esperando respuestas. Digo lo que pienso y lo que siento, necesito hacerlo. Necesito conocer mi historia, la historia de mi padre forma parte de mi historia personal que es la historia de mis hijos, de los hijos de mis hijos, y de este país. ¿Puede él acaso desheredarme de esta historia, de los recuerdos, del afecto? ¿Puedo ser excluida de la familia? ¿Pueden eliminarme por pensar diferente? (…) [aceptaré] si él se compromete a dar datos precisos, concretos y verificables del destino que corrieron sus víctimas, de manera de poder aliviar el dolor de sus familiares y finalizar con el estado de desaparición de las mismas.
Analía Kalinec, hija del represor Eduardo Kanilec, 17/03/19

Todos los años, en el marco del inicio de clases y la discusión paritaria, el gobierno relanza el debate sobre las reformas educativas. Cambiemos descarga en los docentes la responsabilidad sobre la situación actual y, propenso a buscar afuera los “modelos exitosos”, apela a Finlandia como su brújula educativa (…) Finlandia es un país escandinavo, con fuerte homogeneidad socio demográfica, bajos niveles de desigualdad y violencia institucional, con altos índices de suicidio, problemas de adicción y alcoholismo. Por difíciles que sean los problemas con los que lidia su sistema educativo -la exigencia de estar primeros en el ranking de las pruebas PISA (el 2012 no lo fue y se vivió como una catástrofe nacional), la carrera contra sus vecinos nórdicos como Estonia por desarrollar starts up digitales-, distan un océano atlántico de los que enfrenta la escuela argentina. Los desafíos de nuestro sistema educativo, el albergar las conflictividades desatadas de la desigualdad social o tramitar la heterogeneidad sociocultural de la fragmentación de clase en estratos, en Finlandia son abordados por una trama de políticas e instituciones estatales. Importar el modelo finlandés se vuelve aún más inapropiado si se considera que la desigualdad, la heterogeneidad y la exclusión no forman parte de sus desafíos cotidianos y que, por lo tanto, sus iniciativas y reformas escolares no se orientan en primer lugar a combatirlas. 
Nicolás Welschinger, “Por qué no somos Finlandia”, sociólogo de la UNLP, marzo 2019

[Los dichos de Macri] estuvieron plagados de mentiras y con un nivel de impotencia muy grande. No dijo mucho de lo que viene, dijo mucho de lo que él cree que es el país, que lamentablemente no es la realidad. Todo es un relato. Este año vino con un discurso de barricada. Se tiene que hacer cargo del desastre que hicieron en el país y de eso no habló. Creo que el cargo le quedó grande. Espero que sea el último discurso como Presidente.
Graciela Camaño, diputada del Frente Renovador, 2/03/19

Ahora, mientras suena y se mueve como candidata a vicepresidenta, Bullrich le dio estatus oficial a su emancipación. Dentro de un gabinete atiborrado de varones, en el que hay que pedir permiso y coucheo a “Marcos” antes de aceptar la invitación de los programas con más rating, Bullrich consiguió un nivel de autonomía inédito. Su ministerio es una suerte de principado, un poco ajeno a las leyes y controles obsesivos del equipo de Peña. ¿Cómo lo logró? Macri la autorizó de facto. Y Peña, para quien Bullrich era embajadora del pasado y la vieja política, tuvo que aceptar. Al jefe de gabinete le interesa dar un debate que a Bullrich no podría importarle menos: que Cambiemos no es un gobierno de derecha. Peña quiere construir una imagen post-ideológica, lejana a cualquier tipo de exabrupto. Bullrich logró escapar de la matrix, entre culposa y catch-all de Peña. Y lo hace con un imagen positiva ante los votantes. El discurso manodurista nunca fue parte del ADN del PRO. El macrismo lo fue incorporando por goteo, para regocijo de su base electoral. Lo hizo después de haber fracasado en absolutamente todas sus promesas económicas. La Piba empuja a Cambiemos en bloque hacia un ensayo punitivista y corporativo. El intento encierra una serie de riesgos, inscriptos de antemano en la historia de las fuerzas de seguridad. El ambicioso cambio cultural que propone Bullrich, sin embargo, encuentra un límite muy concreto: la impericia del gobierno para aplicar sus políticas, desde las humildes hasta las más delirantes.
Andrés Fidanza, “La conversión de la Piba”, periodista, marzo 2019

Hay dos cuestiones a tener en cuenta si pensamos en la posibilidad de un posible efecto Bolsonaro en la Argentina. La primera es la experiencia de los derechos humanos: en este país se ha juzgado los crímenes de lesa humanidad y ello ha redundado en una cultura social extendida por toda la sociedad, algo que en Brasil, a simple vista, no ocurre. El segundo argumento es que la Argentina, como comunidad, es mucho es mucho más política que Brasil, la gente se hace presente desde todas partes para exigir que se hagan las cosas, que se cumplan las responsabilidades, que se efectivicen nuestros derechos, el pueblo se moviliza tenga o no razón. El piquete, por ejemplo, neta demostración de movilización social que cuestiona el orden para ganar orden, tiene un lugar decisivo en la historia de las luchas populares en pos de justicia.  Fíjense la movilización que hubo hace un tiempo desde todas las partes del país hacia Buenos Aires (…) Hay algo que es único en este país como por ejemplo los movimientos de economía popular. En un fragmento de discurso de Cristina, que difundió la Red el 26 de octubre, dice “somos y actuamos colectivamente, no pagamos los costos individualmente sino colectivamente”. Por eso digo yo al leer eso hemos aprendido actuar y hacernos responsables “entre todos” o “entre muchos”. A eso se refería Cristina cuando dijo que nos están desorganizando la vida ¿Qué vida? La vida social. En la Argentina, al hacer política, reorganizamos la vida social, nos preparamos para reorganizarla. 
Eduardo Rojas, Encuentro del nodo federal de la RMcC en CABA 3/11/18, docente e investigar Universidad Nacional de San Martín (UMSAN)

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