aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

viernes, 12 de julio de 2019

Para pensar, debatir, comprender.

Fragmentos.

Nunca me desvelaron los cargos políticos, ni tampoco fueron mi principal motivación. Tal vez, porque pertenezco a una generación que no buscaba un lugar en las listas, sino un lugar en la historia. Sin embargo, también esa misma y por momentos trágica historia, me hizo comprender que los cargos también son herramientas para llevar adelante los ideales, las convicciones, las utopías. Es cierto que no las únicas, pero después de todo, son herramientas al fin, siempre.
Después de haber sido dos veces presidenta de este país -su primera mujer electa como tal- y de haber ocupado distintos cargos legislativos, siempre por voluntad popular expresada en las urnas, sigo más convencida que nunca que la expectativa o la ambición personal tienen que estar subordinadas al interés general. Ese principio siempre remanido y repetido y tantas veces incumplido del peronismo de: «Primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres», bueno… Es hora de hacerlo realidad de una vez por todas. No solo con palabras, sino también con los hechos y, sobre todo, las conductas. En este caso, primero la Patria, segundo el movimiento y por último una mujer -permitanme sólo por un instante, un poco de humor feminista-. Le he pedido a Alberto Fernández que encabece la fórmula que integraremos juntos, él como candidato a presidente y yo como candidata a vice.
Cristina Fernández, 18/05/19

Industrializar la Argentina, para levantar las persianas de las fábricas cerradas, para devolver el trabajo a los que lo han perdido, para asegurarle el trabajo a los que lo tienen. Ser el presidente que nos una, que deje de dividirnos. Ojalá los argentinos se den cuenta de que tenemos que dar vuelta una página, que tenemos que hacerlo entre todos, ojalá nos demos cuenta todos los argentinos de la necesidad de unirnos para salir adelante. Defender a los que no tienen voz, a los que viven en la pobreza somos los que tenemos que volver a poner a los chicos en los colegios, dar salud a nuestros abuelos, dar dignidad a los argentinos. Somos eso. Para eso hemos nacido, para eso estamos de pie y para eso estamos trabajando.
Alberto Fernández, pre candidato a presidente, 26/06/19

“Era Pichetto o una mujer”, “El primero en la lista es Massa, el tercero Máximo Kirchner; la segunda, una mujer”. Son dos ejemplos de titulares o videograph –esas frases que acompañan las imágenes televisivas– que circularon estos días y que delatan, así, sin pudor alguno, cuál es el valor, en la política partidaria, de los nombres que se dicen en femenino. Es triste, pero es una verdad revelada. Igual que cuando, a principios de los ‘90, se consiguió la ley de cupo en la representación parlamentaria. “¿Quién pone a la mujer?”, era una pregunta repetida cuando se sellaban alianzas o frentes electorales, quién pone a la mujer no era un halago, era la incómoda incógnita sobre qué partido o qué fuerza iba a tener que resignar a alguno de sus hombres para cumplir con ese primer 30 por ciento que desde entonces empezó a hacer visibles a las mujeres que militan a diario y que sin embargo, todavía hoy, siguen siendo las menos conocidas, las que quedan fuera de las “mesas chicas” donde se toman las decisiones, las que siguen funcionando, no para la política pero sí para los políticos, como piezas de canje a la hora de disputar elecciones. (…) El hashtag fue #FeministasEnLasListas y esto habla de una maduración necesaria para estar a la altura de la historia. No alcanza con ser mujeres, se necesitan feministas. 
Marta Dillon, “La hora de las feministas”, periodista 19/06/19

La historia de los clubes como lugares de inclusión no es un mito. San Lorenzo fue fundado por un cura salesiano. Un día vio que había unos chicos jugando en la calle. Uno se accidentó con un tranvía. Entonces el cura les dio lugar para que jugaran dentro de la parroquia. La impronta es fuerte (…) Cuando asumimos nos pidieron que amuralláramos la sede deportiva. Y que levantáramos un muro bien alto para que los chicos de la villa no entraran. Como si eso les brindara más seguridad a los socios... Pero revertimos el paradigma. Abrimos la puerta para que esos chicos jugaran en el club al fútbol, al tenis o al hockey. Era la forma de alejarlos del paco y de que ayudar a que se sintieran integrados. Traslado este ejemplo a toda la ciudad: hay que crear un entorno más amable para la vida cotidiana. El barrio está mucho mejor que hace siete años. Ya hablo de un resultado, no de una idea (…) Sé que Buenos Aires en términos de presupuesto es la ciudad número 16 sobre 151 en el mundo. Pero no es una ciudad amable para vivir. Por eso tomé la decisión de meterme activamente en política.
Matías Lammens, candidato a jefe de gobierno en CABA, 8/06/19

Vivimos en un tiempo donde la política está más polarizada, los rusos se dieron cuenta antes que el resto (y que podían usarlo a su favor), un mundo mucho más polarizado como resultado de la inseguridad económica y social por la globalización. Las redes sociales e Internet en general fueron una herramienta increíblemente poderosa para aumentar esta ansiedad. Si las fake news o la desinformación están dando forma a la política, al debate político, tenemos que informar, pero eso no lo hace verdad. Recientemente, circuló un video de la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., en conferencia de prensa. Alguien la filmó, lo ralentizó y cambiaron el tono para simular que estaba borracha. Se viralizó y hasta el abogado de Donald Trump lo tuiteó. Esto es una noticia falsa superficial: fue fácil darse cuenta del engaño, comparando las grabaciones. Vamos a llegar a un punto tecnológico en el que se podrán crear videos, como Trump declarando la guerra a Irán, y no vamos a poder advertir si es falso o no: eso sería una noticia falsa profunda (…) Las campañas siempre tuvieron de esto: desinformación, propaganda... Por eso, es importante el trabajo de los periodistas, que estén muy atentos para decirles a los lectores cuando algo no es verdad (…) Lo más peligroso de estas campañas, y una de las cosas que los rusos empujaron, es esta idea de que no existe la verdad: cuando la gente llega a decir “no creo en nada”, da miedo (…) Tengo esperanza en que seremos más inteligentes con la investigación cibernética y el chequeo, más listos al saber las tácticas. Cuando mis alumnos me dicen “no tenemos que preocuparnos por los rusos pero sí por las fake news”, les digo que –aprendiendo de esto– podemos estar más atentos, más vigilantes como líderes y ciudadanos.
Carla Robbins, periodista y docente estadounidense, 15/06/19

Es el colmo. No solo no brindan soluciones estructurales, sino que criminalizan al pobre y le echan la culpa por estar en situación de calle. Yo creo que al macrismo no le interesa la situación de calle, solo les preocupa que los pobres se vean en la ciudad, que no se puedan meter bajo la alfombra. Después de la muerte de Zacarías, hubo mucha repercusión y muchas organizaciones y vecinos comenzaron a solidarizarse.  (…) La gente en situación de calle no se muere ni por frío, ni por calor. Se muere por ausencia del Estado.
Ex trabajadora del BAP, Buenos Aires presente (BAP), el programa del Gobierno porteño para asistir a personas en situación de calle, 8/07/19 

Todos los actores se empiezan a dar cuenta de que no vamos a ningún lado con las políticas neoliberales rabiosas, furiosas, esas sí que son dogmáticas, ideológicas, antiguas, fuera de época. Vos me decías “La industrialización está fuera de época”, Mirá: todos los países que hoy en el mundo considera exitosos en los últimos treinta años se dedicaron a industrializarse. En realidad, lo que está fuera de época es que un país con base industrial y con capacidades culturales, intelectuales y humanas para industrializarse liquide eso porque sí. Eso es lo que va a contramano de todo, cuando todos los casos exitosos que vemos son de los países que se tomaron el trabajo de generar acuerdos y compromisos durables, y que llevaron adelante un camino de industrialización de manera estable y más o menos consensuada, si bien esto no está exento de tensiones ni de dificultades. Yo hablo con varios empresarios arrepentidos, y con ellos nos encontramos a gusto porque uno también está reformulando, haciendo el balance, la autocrítica. Estamos viendo cómo podemos darle a esto una forma que sirva para llegar a acuerdos más fuertes y que se puedan sostener en el tiempo, pese a las naturales tensiones. 
Axel Kicillof, candidato a gobernador provincia de Buenos Aires, Ahora ¿Qué?,   Desengrietar las ideas para construir un país normal, entrevista con Alejandro Bercovich, 2019.

Para Arendt, toda fuerza destructiva, incluso cuando es inevitable, es en sí misma antipolítica, no sólo destruye nuestras vidas sino también el mundo que hay entre ellas y que las hace humanas. Un mundo humano y humanizador no es un producto manufacturado, y ninguna parte del mismo que haya sido destruida puede ser reemplazada. Para Arendt, el mundo no es ni un producto natural ni la creación de Dios; el mundo sólo puede aparecer por medio de la política, que en su sentido más amplio ella entiende como el conjunto de condiciones bajo las cuales los hombres y las mujeres en su pluralidad, en su absoluta distinción los unos respecto de los otros, viven juntos y se aproximan entre ellos para hablar con una libertad que solamente ellos mismos pueden otorgar y garantizarse mutuamente. En palabras de Arendt: “Solamente en la libertad de nuestro hablar los unos con los otros emerge el mundo, cómo eso sobre lo cual hablamos, en su objetividad y visibilidad desde todos los ángulos. Vivir en un mundo real y hablar los unos con los otros sobre él son básicamente una y la misma cosa”. 
Jerome Kohn, director del Centro Hannah Arendt en la New School of Social Research, Nueva York, 2008

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