aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

viernes, 31 de marzo de 2017

Para pensar, debatir, comprender...................

Fragmentos.

Miren lo que pasa en la vieja y civilizada Europa, cuando uno ve esas colas de miles de inmigrantes a los cuales no se les permite pasar porque hay alambrados de púas que impiden que ingresen; miren lo que pasa en sociedades donde fuertes corrientes inmigratorias no son integradas y van generando exclusión y lo que es peor en una sociedad, resentimiento. No hay nada peor en una sociedad que el resentimiento hacia los que más tienen porque no permiten, a los que menos tienen, el acceso a los bienes sociales. Por eso les digo a todos mi compatriotas, a los 42 millones de argentinos, tenemos que entender que la gobernabilidad, que la seguridad, esa palabra que solo se vincula con el uso de la fuerza policial, está dada fundamentalmente cuando una sociedad está integrada y tiene inclusión social. Porque entonces, cuando hay inclusión e integración social, hay menos violencia. Es de manual pero parece que algunos no lo quieren entender.
Cristina Fernández, inauguración de la nueva secretaria de Derechos Humanos, 2/12/15

La escena desconcertaría a algún observador esquemático o ultra cartesiano. Se está terminando de leer el documento en el palco. Es momento de desconcentrarse, en cualquier marcha o movilización del planeta. Sobre todo porque se acercan las cinco de la tarde y desde mediodía la marea humana fluye, crece y no cesa. Sin embargo, miles y miles de manifestantes “sueltos”, en pequeños grupos, siguen rumbeando hacia la Plaza de Mayo por las veredas de las Diagonales o la Avenida de Mayo. En las calzadas, las columnas no se dan vuelta. Y en la Avenida 9 de Julio, a siete o diez cuadras del epicentro, hay columnas con decenas de miles de participantes que siguen camino a la Plaza. “¿A qué van si todo está terminando?”, podría indagar un politólogo noruego recién llegado a esta tierra. Un colega sueco, con más millaje en la Argentina, podría contestarle con sencillez que siguen yendo porque ellas y ellos son el acto (…) La alegría del encuentro, esa magia del hecho colectivo, se expresa en abrazos interminables, risas, autocelebraciones (…) Hay mayoría amplia de sub 40 y, quién sabe, de sub 30. Parejas jóvenes nacidas en democracia llevan a sus críos en brazos, en cochecito o pegados al pecho (..) La multitud es serena, altiva, “cuida”. El pacifismo de las movilizaciones desbarata la narrativa macrista que ve violencia donde hay demandas, reivindicaciones, orgullo de pertenecer (…) Nada hay que temer, salvo lo que claman esas masas: descontento, críticas, la sabiduría plebeya de ocupar el espacio público.
Mario Wainfeld, “La costumbre que sigue creciendo”, periodista, 25/03/17

Pues para nosotros siempre fue una realidad, pero no estaba evidenciada. O sea, muchos sabíamos que en Chile había corrupción y que la extrema concentración del poder económico estaba amparada también en una concentración del poder político y viceversa. Operaban juntos con una constitución política que era inamovible, que era conveniente para muchos partidos, porque les permitía mantener sus privilegios con esta desigualdad económica. Pero se evidenció, se empezó a evidenciar, empezó a calar más en el debate público. Finalmente, eso hizo que pareciera que es una realidad actual. Pero venía pasando hace mucho tiempo. Chile se dedicó mucho tiempo a señalar al mundo que éramos los jaguares de Latinoamérica. Que éramos un modelo exportable en todo ámbito. En pensión, en educación, en la capacidad de gobernabilidad, de gobernanza y en la casi paz social que había por este modelo exitoso traído de los Chicago Boys. Entonces no había otra cosa que contar. Todos asumían que esto era lo mejor y que éramos los mejores. Esa imagen se vendió durante mucho tiempo y, por lo tanto, resultó un poco violento empezar a conocer las realidades ocultas de Chile (...) Esa es la realidad chilena y se da porque es un país muy desigual. Por ejemplo, los casos de colusión, más que por falta de leyes que penalicen o por falta de fiscalización, se producen por la extrema concentración de los mercados. O sea, un mercado lo manejan una, dos, tres grupos o familias.
Camila Vallejos, diputada nacional chilena, dirigente comunista y ex dirigente estudiantil, 26/12/16

Esta unidad nace de lo que está pasando en el país: que cada vez hay menos trabajo, que el salario se deprecia terriblemente, que todo indica que la situación va a seguir empeorando, como ocurre con este último aumento del combustible y el anuncio de que las tarifas vuelven a subir. En la industria va a impactar mucho. Las Pymes no lo van a poder absorber y es el cierre de muchísimas industrias en nuestro distrito. En un año de este gobierno nacional en La Matanza se duplicó la desocupación, pasó del 7 al 14 por ciento. La unidad del peronismo nace de esto, de la necesidad de acompañar a la gente frente a la situación que está viviendo. Los intendentes tenemos un rol protagónico, es lógico por nuestro lugar. Lo que vemos es que la gente va a dar una respuesta, va a votar en función de lo que vive. Pero no nos preocupan los candidatos, que se definirán a último momento (…) Creo que Cristina tiene que estar adentro del armado, tiene que estar Scioli, tiene que estar Randazzo. Tienen que estar todos adentro y de hecho están. Lo que puedo decir es que uno va a los barrios y siguen pidiendo por Cristina. Todos sabemos que en el conurbano la que más mide es Cristina. No hay que adelantarse. Hay que llegar al cierre de listas en junio y evaluar qué es lo que la gente quiere.
Verórica Magario, intendenta de La Matanza, 19/01/17

[Sólo las mujeres quieren cambiar el mundo]. Sí, me parece que esa percepción es correcta, porque estamos viendo el regreso de un machismo talibán que debilita a los hombres. Los hombres se debilitan cuando los ponen a jugar ese papel, cuando son los que siempre deciden las guerras. Y estamos un poco cansadas de que no existamos las que vamos a perder muchísimo en las guerras, porque mujeres y niños son las víctimas más desoladas de toda esta situación. Las mujeres nos animamos a decir que no es cierto que estas son guerras humanitarias y democráticas; son guerras coloniales, son invasiones. Si la OTAN inventó un ejército secreto allá en los tiempos de su nacimiento y puso a andar operaciones como la Operación Gladio, imaginate hoy en día ser invadido por estos mercenarios contratados. Tengo el cable en que Arabia Saudita llama a mercenarios de todo el mundo y les ofrece tanta paga por su trabajo. La mayoría de las organizaciones anti guerra que han surgido en Europa están dirigidas por mujeres. Y es evidente que se ha profundizado un odio contra las mujeres en el poder, que es un odio de género. Y yo lo viví con Evita (…) Evita puso un hogar de niños y terminó con los asilos. Las señoras de la beneficencia tenían estos asilos con chicas del campo, ya sean huérfanas o no huérfanas, y las preparaban para llevarlas a servir a su casa. Todas terminaban sirviendo como criadas. El término criada significa que no les daban un salario ni nada. Les daban una piecita, la comida, y en general tenían que soportar ser las mujeres con las que se podían iniciar los hijos de las señoras. Antes que ninguna otra cosa, diría que fui evitista. La alegría que me dio cuando a esas niñas les hicieron vestidos bonitos, les dejaron crecer el pelo... Y sabía por mi tía que Evita se presentaba a cualquier hora en la noche para ver cómo las estaban cuidando. Qué percepción tenía Evita del dolor de los otros y cómo devolvió la bronca que arrastraba de su niñez haciendo justicia. Cuando vine a Buenos Aires en el ‘56, tenía a Evita en mi cabeza. 
Stella Calloni, periodista, escritora, 6/02/17

Socialdemócratas y liberales lo que hoy está claro es que, para los liberales, el sufragio universal es un obstáculo a la idea que se hacen de un mundo perfecto, sin trabas, gobernado por los mercados y en el cual los instrumentos de regulación deben estar en manos de agencias independientes, supervisores supranacionales y aparatos tecnocráticos. Los liberales rehúsan la supervisión política porque tienen la íntima convicción de que el sufragio universal es la dictadura del débil sobre los fuertes, la dictadura de los indigentes cuyas condiciones de vida no les permiten entender la complejidad de las cosas. Yo estoy convencido de que hay que actuar de una forma radicalmente opuesta. Debemos recuperar las bases y los fundamentos de la democracia en las sociedades occidentales y europeas. Esos fundamentos están hoy ampliamente amenazados por 30 años de liberalismo, a partir del momento en que el liberalismo económico y el liberalismo político se imponen, el acuerdo entre liberales y socialdemócratas se vuelve mortífero. 
Benoit Hamon, dirigente socialista francés hoy candidato a presidente,  2012

Pensar la política es darse cuenta, contarse, me doy cuenta, me cuento, cuento a los otros, los otros me están diciendo. Es “dar cuenta”. Se trata de ser inteligente y por tanto ser capaz de acumular fuerza y ganarse las voluntades de los otros. Las mujeres tienen un modo de hacer política que es muy propio y parece acorde para estos tiempos oscuros que estamos viviendo. Quizás porque piensa efectivamente la vida en comunidad, y esa es la manera real de pensar la política, en comunidad. Cuando se hace política uno no se interesa por sus deseos, sino que se interesa por su interés, pone voluntad, decisión, discurso. No existe pensamiento sin hablar, cuando se piensa se habla. El pensamiento, el saber, si tiene lugar, éste no es un lugar al que se llega, sino que circula entre muchos por el uso de la palabra. Cuando se habla siempre es con otros, para qué hablo, con quién, cómo lo hago; en esas preguntas radica la búsqueda de sentido de la acción y de la vida social a que ésta da lugar. El pensamiento es el uso de la palabra. Cuando la Red usa fragmentos, como hace siempre, el sentido de los fragmentos no está en el autor, sino en el uso que los lectores dan a esa palabra. Existe la necesidad política, cuando hay un pensamiento activo que la habla, la organiza, la mide. Pensar la política es darse cuenta de las cosas que tenemos que hacer para debilitar al adversario. Argumentar es pensar con la gente, hay que tener argumentos para convencer y hablar con el otro. En la vida real, la “forma” es siempre “contenido”.
Eduardo Rojas, Encuentro del Nodo federal de la Red Mujeres con Cristina, investigador, docente, Universidad Nacional de San Martín, (UNSAM), 18/03/17

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