aqui estamos!

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"NADIE PUEDE SER FELIZ SIN PARTICIPAR EN LA FELICIDAD PÚBLICA, NADIE PUEDE SER LIBRE SIN LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD PÚBLICA, Y NADIE, FINALMENTE, PUEDE SER FELIZ O LIBRE SIN IMPLICARSE Y FORMAR PARTE DEL PODER POLÍTICO"

HANNA ARENDT

"LO IMPORTANTE ES QUE PODAMOS DISCUTIR, RAZONAR Y ENTONCES, NO HACER SOLAMENTE EJERCICIO POLITICO DE OPOSICIÓN, SINO ESCENCIALMENTE TRABAJAR POR LOS INTERESES DE NUESTROS REPRESENTADOS"

CRISTINA FERNANDEZ

viernes, 9 de noviembre de 2018

Para pensar, debatir, comprender

Fragmentos.


Cómo puede ser que la prensa y los medios de comunicación hayan ignorado lo que pasaba aquí y en otros centros clandestinos de detención a lo largo y a lo ancho del país. Esta es una pregunta que también debe estar en cada sitio de la memoria. Creo sinceramente que hemos forjado una nueva identidad democrática, ya no se es democrático únicamente porque se esté de acuerdo con que haya elecciones libres y sin proscripciones y podamos votar cada dos años; ya no se es democrático únicamente porque pensamos que es bueno redistribuir el ingreso y que la gente tenga buen nivel y calidad de vida, los derechos humanos se han incorporado definitivamente a esta nueva identidad democrática de la que nadie puede renegar, forman parte de nuestra identidad constitutiva. Y cuando hablo de nuestra no hablo desde un espacio político, hablo desde mi condición de argentina, porque es patrimonio de la Nación y orgullo de la patria. A veces me pasa también, muchas veces, porque es natural y es bueno que haya oposición en un país y que por ahí las críticas sean duras, fuertes, estoy acostumbrada porque siempre fue así, la oposición- oficialismo, peronismo-antiperonismo, siempre fue una cosa así, pero cuando veo algunas expresiones aisladas pero poderosas, yo antes pensaba: será por todos los derechos que han conquistado o vuelto a conquistar los trabajadores, será porque de repente ahora los de piel más oscura tienen los mismos derechos, será porque hay matrimonio igualitario.
Cristina Fernández, 25/05/2015

¿Tenemos entonces razones para preocuparnos los argentinos? Sí pero no porque en nuestro país pueda aparecer un fenómeno similar. Nos debemos preocupar por la región, por el destino común de América latina. De ninguna manera porque vaya a surgir un personaje de esas características. En nuestro país, la dictadura dejó una marca brutal en la memoria de los argentinos, muy diferente de la experiencia brasileña y no hay condiciones objetivas para algo similar, para un proyecto donde la centralidad esté en el Ejército. Pero por sobre todas las cosas, en la Argentina no hay lugar para Bolsonaro porque aún hay espacio para la política en la vida cotidiana de la gente. En la cena familiar, en las universidades, en los secundarios y en cada espacio está la Política, incluso para denostarla, para culparla y castigarla. En nuestro país tenemos una capacidad de organización y de gestión de las organizaciones enorme, que da respuestas aún en los momentos de mayor crisis. Y sobre todo tenemos jóvenes que reinventan la política todos los días. No creo que haya que preocuparse porque surja un Bolsonaro pero sí por revalorizar la política y la organización. Por ser estratégicos, inteligentes. Por no caer en las provocaciones, en las maniobras y en las operaciones. Por ser cada día más coherentes, más creíbles y por dejar los grandes discursos ideológicos de lado, para escuchar y construir soluciones para los problemas reales de los compatriotas.
Claudia Neira, “No hay lugar para un Bolsonaro”, Directora Banco Ciudad por la oposición- Dirigente Nuevo Espacio de Participación, 6/11/18

Todo el mundo se cuelga de la sotana del Papa. Es un problema de los argentinos. Primero pensar que somos el ombligo del mundo, y el Papa no tiene otra cosa que hacer que pensar todo el tiempo en nuestras internas (…) Pasan muchas cosas más graves en la Iglesia, y él maneja siempre una prudencia y un silencio que hacen que las cosas se vayan desenvolviendo y, a la larga, salga lo verdadero. No podemos seguir involucrando al Papa en nuestras pequeñeces. Y, encima, hacer de esto grandes noticias o explosiones. Si el Papa se encuentra con Trump, vamos a decir que es liberal; si va a China, vamos a decir que es comunista; si va a Venezuela, es populista; si el Papa va a Marte, vamos a decir que es marciano. A mí, como argentino, católico y obispo, me molesta esta interpretación tan barata de lo que es el Papa, y hasta me causa risa. Es tan burdo (…), el Papa es universal. Tenemos que madurar bastante para poder estar a la altura de la visita del Papa. (…) él no hace propaganda de sus actos, conduce con claridad una Iglesia realmente al servicio de la paz, al servicio de los pobres. Quiere una iglesia que sea madre.
Eduardo García, obispo de San Justo, que acompaña a Francisco en Roma, 24/10/18

Son ellos, claramente, los que tienen el poder de decisión sobre sus vidas y sobre las nuestras. Son ellos los que pueden transformar las cosas. México ha sufrido una transformación, un cambio en los últimos tiempos, y ha sido gracias a los jóvenes. Lo discutí mucho a partir del terremoto de hace un año. Yo viví el del ‘85, que fue terrible, y fue el nacimiento o el resurgimiento de la sociedad civil organizada. Volvió a suceder y volví a decir: son ellos, los jóvenes, quienes tienen el poder para transformar el país. Y las votaciones así lo demostraron, por más que intenten decirnos que no, que había muchos indecisos, qué se yo y qué se cuánto... Ellos salieron y tomaron en sus manos la decisión de lo que sucedería. A ellos les hablo, no para inducirlos ni para convencerlos, sencillamente intentando pasar un poco el mensaje acerca de cómo el libro te cambia, te hace mirar el mundo de una manera distinta. Cuento con algo a mi favor: el embrujo maravilloso de las palabras y del libro como herramienta transformadora y civilizadora.
Benito Taibo, escritor mexicano, 9/09/18

Éramos muy pobres. Tanto, que me gustaba ir al cementerio a visitar la tumba de mi viejo porque en el cementerio había sanitarios como la gente. Pobres, pobres. Yo quería trabajar en la radio de lo que fuera. No quería ascenso social, ni guita. Quería comer todos los días De chico no lo vivía como un problema. Estaba naturalizado. En el pueblo no te dabas cuenta, no había diferencias. Los chicos de las familias de plata iban al mismo colegio que yo, el hijo del escribano venía a casa a jugar y a escuchar música, y yo iba a la de él, y estaba todo bien. Porque en aquel entonces todos teníamos más o menos el mismo nivel intelectual, por decirlo de alguna manera. Había diferencias, por supuesto. Estaban los peronistas, los antiperonistas... Pero éramos amigos, gente sana. Sí. Peronista de aquel primer Perón y de Evita. Después no, me alejé. Recuerdo que Perón pasó por Bragado en la campaña de enero del 46, mis padres lo recibieron alborozados. Mirá: mi viejo tuvo muchos trabajos (…) Y fue él quien me contó del Estatuto del Peón, y de las mejoras que había impulsado Perón hacia los trabajadores. Un montón de gente de campo se enteró que tenía derechos. Mi padre me contaba que algunos peones decían, preocupados: “Esto al patrón no le va a gustar”. Ese es mi peronismo. 
Héctor Larrea, locutor, 28/10/18

Diría que la demanda de orden es hasta cierto punto legítima y que cualquiera puede reaccionar agresivamente si se ve amenazado por el prójimo. Por eso es tan importante que desde el poder y desde los medios no traten de sacar justamente lo peor de cada uno, que es lo que está pasando ahora (…) alientan a que se tome el tipo de medidas antisociales que propone la derecha. Para empezar, detener la prédica del odio que viene desde arriba. Luego, las personas con llegada a la población tienen que tener la responsabilidad de explicar pacientemente y siempre que no existe felicidad individual aislada de la comunidad, que la comunidad no se sostiene sin derechos garantizados para la mayoría y que esos derechos vienen como logros de luchas y reivindicaciones colectivas. Es preciso explicar, porque la gente no lo sabe, que el aguinaldo que tanto le gusta cobrar fue fruto de luchas sindicales. Que puede votar a Macri o a quien quiera porque hubo tremendos conflictos para ampliar la ciudadanía. Que un subsidio por desempleo dinamiza la economía y genera bienestar de muchas más personas, además de quienes los reciben. Que si una huelga gana un aumento del salario mínimo, suben las escalas salariales de todos. El problema es que la ideología de mercado apunta justamente a que no veamos todos estos lazos que nos unen.
Ezequiel Adamovsky, doctor en historia, 16/09/18

Los feminismos irrumpieron en la agenda pública en 2015, desde entonces crecimos en masividad, reivindicaciones y transversalidad. Realizamos tres paros, copamos las calles en decenas de ocasiones y nos volvimos indiscutiblemente uno de los principales emergentes de resistencia a la derecha local e internacional (…) En la actualidad vemos como novedad a los sectores evangélicos convocando a movilizarse contra el aborto y la ESI. Esto no quiere decir que la Iglesia haya cambiado su posición histórica respecto de la moral y la familia patriarcal, pero hoy la figura del Papa Francisco, nos guste más o menos (o nos enfrente con nuevas contradicciones), es de los principales actores globales que discute contra la depredación neoliberal. ¿Esto quiere decir que la Iglesia sea de pronto “buena”? Para nada. ¿Supone que olvidemos las complicidades patriarcales o autoritarias? Tampoco. Pero sí implica asumir que la religiosidad está presente también de manera transversal en todos los sectores sociales (…) Una de las cosas que más molestan en los medios hegemónicos es que seamos un actor político. Clarín publicaba después del último encuentro de mujeres, lesbianas, travestis y trans de Trelew que nos “ideologizamos”. Les perturba que pensemos, elaboremos y hagamos política. Sabemos que si este gobierno consolida su pretensión hegemónica, nosotras somos las más perjudicadas. Si continúan las políticas de deuda y desposesión, desempleo, pérdida de salarios, recorte de presupuesto para políticas públicas, no hay ley de aborto que nos vaya a salvar. ¿Esto supone abonar a la idea de que nuestra lucha por la legalización es una cuestión secundaria? En absoluto. Pero sí supone asumir que ambas peleas van de la mano, que no hay feminismo posible en un contexto de desigualdad y por lo tanto nuestro mayor desafío es resistir organizadas, y ser parte de la opción que logre sacar a Cambiemos del gobierno el año próximo.  
Victoria Freire, “El feminismo tiene que debatir el poder”, Directora del Ogypp, referente feminista de Mala Junta y del Frente Grande, 8/11/18

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